Se me ocurrió al verlo en la librería. Después de un tiempo, se me hace necesario escribir al respecto de JJBenitez, mi admirado y odiado a la vez “investigador”. Ya hace años que descubrí el proceder de esta persona, y otros periodistas ofrecieron descubrir sus tinglados y engaños deliberados.
Quizá lo que más duela del asunto es que uno llega hasta cierto punto a confiar en esa gente, y se siente en verdad estafado con sus mentiras. En el caso del Libro de Urantia, escribí profusamente al respecto. Y hoy día, dándole el beneficio de la duda, puedo pensar que actuó plagiando al libro para sus Caballos de Troya como cualquiera, en su lugar, hubiera actuado. Vio la posibilidad de enseñar una “verdad” y actuó en consecuencia.
Eso no hubiera sido nada, sin embargo, hasta que se enrolló con el asunto de la alienígena Ricky B. De nuevo, investigué el asunto con mi viejo amigo Javier Garduño, de México, y llegamos al nombre real de la supuesta –y muy supuesta – extraterrestre: Regina Brunning. Creo que fue una primicia que dimos para la revista Código X (a propósito, se me conoció por “Emanuel” por aquel entonces).
Hasta aquí, ya no tenía dudas sobre la credibilidad que este hombre podía ofrecer.
Me había dado cuenta que para Benítez “el fin justifica los medios”.
Por esa razón, cuando lanzó su video inédito sobre un alunizaje por parte de norteamericanos que supuestamente hallaban una base extraterrestre, no me causó extrañeza que aquel video hubiera sido filmado en unos estudios vascos.
Quizá lo que más duela del asunto es que uno llega hasta cierto punto a confiar en esa gente, y se siente en verdad estafado con sus mentiras. En el caso del Libro de Urantia, escribí profusamente al respecto. Y hoy día, dándole el beneficio de la duda, puedo pensar que actuó plagiando al libro para sus Caballos de Troya como cualquiera, en su lugar, hubiera actuado. Vio la posibilidad de enseñar una “verdad” y actuó en consecuencia.
Eso no hubiera sido nada, sin embargo, hasta que se enrolló con el asunto de la alienígena Ricky B. De nuevo, investigué el asunto con mi viejo amigo Javier Garduño, de México, y llegamos al nombre real de la supuesta –y muy supuesta – extraterrestre: Regina Brunning. Creo que fue una primicia que dimos para la revista Código X (a propósito, se me conoció por “Emanuel” por aquel entonces).
Hasta aquí, ya no tenía dudas sobre la credibilidad que este hombre podía ofrecer.
Me había dado cuenta que para Benítez “el fin justifica los medios”.
Por esa razón, cuando lanzó su video inédito sobre un alunizaje por parte de norteamericanos que supuestamente hallaban una base extraterrestre, no me causó extrañeza que aquel video hubiera sido filmado en unos estudios vascos.
Y es que cuando hicieron el video olvidaron tapar cientos de detalles. Entre ellos, el más notorio, los marcos de madera de la supuesta construcción.
Hoy cuando recorro en mi viaje por Sudamérica unas librerías veo el último libro de Benítez y me pregunto con toda la sinceridad del mundo ¿quién podrá comprarlo?.
Hoy cuando recorro en mi viaje por Sudamérica unas librerías veo el último libro de Benítez y me pregunto con toda la sinceridad del mundo ¿quién podrá comprarlo?.
Pero es evidente y cristalino que si una editorial como Planeta lo sigue publicando es que hay mercado para ello. Pero ante las evidencias de todos sus engaños deliberados todavía me indago por qué hay gente que, llamándose buscadores de la verdad, siguen a este hombre y lo admiran, que no hace otra cosa que fabricar mentiras. ¿Necesidad de fantasía para erradicar el terror a la muerte?. ¿Es que los Benitez son un mal necesario en un mundo sentenciado a la extinción? Una suerte de droga, un paliativo, ante el absurdo de la existencia.
Mi opinión es que si deseamos acercarnos a la verdad debemos desechar lo que no es válido y nos entorpece en nuestra búsqueda. ¨Por ejemplo, si creemos que las pirámides fueron construidas por extraterrestres, siguiendo la linea de Von Daniken, no debemos olvidar que hay evidencias opuestas a esto: en algunas había labradas escrituras egipcias que decían algo así como “ finalmente terminamos”! , de parte del Equipo Tiger (La diversidad de la ciencia, Carl Sagan) O que hubo pirámides que cayeron porque todavía no se dominaba la técnica y se hicieron muchas pruebas hasta lograr las que conocemos. Todo esto nos habla de que es muy improbable que un extraterrestre las haya construido (salvo que pensemos que les gusta dejar mensajes en las piedras de sus esfuerzos transportandolas o incluso le cueste dar con la técnica de sustentación para erigirlas de una.)
Pero podemos creer en lo que queramos. Nadie nos obliga a creer en una cosa u otra. Sólo digo que si en verdad buscamos esa verdad que llene nuestro vacío existencial (que cargamos desde que nacimos prácticamente) no debemos olvidar quien dice y quien no dice la verdad, o al menos, quien se aproxima a la misma, si tal cosa es posible, aunque no sea agradable lo que nos diga, aunque nos sentencie a ese horror que negamos cotidianamente que es nuestro final en la vida.
Porque a la hora en que necesitemos con todo nuestro ser respuestas, más vale que hayamos hecho un camino honorable en su búsqueda. Estar prepado ante lo irremediable es una forma.