
La historia se hubiera convertido de una más, de las tantas que atestan la fauna misteriosa de las provincias, con su folklore insustituible, si no hubiera sido por la foto que le tomaron al duende enjaulado.
Dicen que estuvo más de 1 semana. Que camina de costado. Que medía entre 30 y 50 cm. Que tenía orejas puntiagudas. Y que gemía de una forma espeluznante dando miedo.
Según el Diario de Cuyo una veintena de personas fueron testigos de la extraña criatura.
Y es que, Ariel Fernández, un joven de 31 años, llegó a cobrar por verlo al susodicho espécimen.
"Es todo mentira, es un muñeco", dijo una vecina que no se animó a ver al duende porque, según ella:
"Nadie puede pillar un duende: no se dejan pillar, porque los ayuda el diablo".
Según la hermana de Ariel:

Finalmente Ariel lo soltó al Duende cerca de donde lo encontró (merodeando atrás del cementerio de Pocito) porque se lo veía entre triste y enojado, los ojos colorados.
Curiosamente a Ariel lo conocen en el barrio como “el loco del cementerio” por su fascinación con las sepulturas y las necrópolis. Según cuenta, pasó 2 meses durmiendo en el cementerio procesando el duelo de su abuela.
Ahora buscan al duende que liberó Ariel. Lo buscan y hasta quieren ofrecerle dinero por el mismo. Qué pena: hubiera aguardado un poco y se hacía millonario.!
Dejo estos videos de otros vistos en San Juan y Salta.
DETALLES
Sólo apelo a este detalle: fijaos la mano del duende donde está apoyada. En ambas imagenes permanece igual. Pese a que el fondo de la mesa ha sido cambiado. Lo que nos indica una sola cosa: su eterna inmovilidad. (Cualquier cosa viva que fuera movida cambiaría de posición).
Luego, los cachetes rojos: clásicos de los muñecos.
Fuentes: Diario de Cuyo.