Experiencias Cercanas a la Muerte y su explicación

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Lienzo de Pieter Brueguel "el viejo": su visión de la muerte


Morir y vivir. Morir unos minutos y luego volver a la vida. ¿Realmente mueren estas personas?

La idea de un inframundo está impregnada en la mismisima piel de nuestra cultura desde hace lustros. El Anubis, egipcio. El Hades griego. El Nictlantecuhtli Azteca. El Yama Hindú.

Es natural que pensemos que hay otro lado, otra vida aguardándonos al morir. Nos resistimos a nuestra natural desintegración, a perder aquellos recuerdos de los cuales nos sentimos tan orgullosos y nostálgicos.

Entonces surgen las Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM).

Nos hablan de un más allá, de una intensa luz, de seres queridos y angélicos. ¿Son genuinas?.

Como redacté en su momento, cuando me ocupé de investigar el tema de la muerte, probablemente lo que suceda en la gran mayoría de los casos son remanentes de recuerdos prenatales.

Esta idea, popularizada por Carl Sagan, y basada en los especialistas Stanislav Grof y Joan Halifax, explicaría por qué ven un túnel, una luz, y sienten flotar. Es el primer recuerdo que conservamos de nuestro nacimiento. Lo que más nos ha impactado.

No por nada, la especialista en pseudociencia y escéptica Susan Blackmore, que tuvo una experiencia cercana a la muerte, relató casos en su libro Dying to Live, y nos dice que las ECM no demuestran que exista el más allá, más bien que el cerebro ha estado cercano a la muerte.

Ahora bien. Pepe Rodriguez, periodista especializado en sectas, es otra persona que ha pasado por experiencias similares, y narra en su libro Morir es Nada todas sus investigaciones en torno a las ECM.

Para él, es un fenómeno que se produce bajo cierta agitación orgánica que uno puede llegar a experimentar “como un intento de afrontar el estrés que provoca sentirse morir”.

No debemos olvidar algo importante.

Bajo ciertas condiciones de extremo aislamiento sensorial, en completa y absoluta soledad, algunas personas han experimentado ECM. El mismo fenómeno, si así podemos llamarlo.

¿Esto qué nos dice?.

Si el fenómeno se puede replicar sin necesidad de drogas, sin ausencia de oxígeno, sin decretar una muerte clínica, es que estamos ante un fenómeno orgánico indisolublemente ligado a nuestros sentidos.

Probablemente el aislamiento sensorial que provoca la cercanía a morir, podría generar este tipo de estado particular.

Como vemos, existen al menos 2 o 3 explicaciones válidas, completamente naturales y sin entrar en terrenos metafisicos,  para las experiencias ECM.


CUANDO LAS ECM NO SE RECUERDAN O NO CONVIENE HACERLO.

Esto es importante. No siempre los pacientes que “vuelven a la conciencia”, recuerdan sus experiencias. En innumerables casos no lo hacen. Mi abuela, por ejemplo, es un ejemplo de ello. No recordaba nada.

Por otro lado, explicando las ECM con los ejemplos dados arriba, existen también casos que no fueron nada agradables.

¿De qué hablo?

De ECM que lindaban con lo diabólico, con lo que muchos dirían que era el infierno.

Un 18% de episodios de ECM tienen este tipo desagradable de experiencias según P.M.H Atwater.


CONCLUSION

Como vemos, los casos abundan. Lo que no abunda es un estudio científico. La razón es que cada testimonio es subjetivo. Y el mayor problema es lo que una vez un querido amigo planteó: no se puede probar con evidencias naturales problemas sobrenturales, de existir aquella existencia.

Morir y volver a la vida no es evidencia del Más Allá. 
 
De hecho, uno dudaría de que se considere muerta a una persona que luego vuelve a la vida, porque la muerte, la verdadera, es terminante, no concede treguas.

Entonces el simple hecho de regresar nos dice que jamás murió de verdad.








 

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