La entrevista con Dios

- Buen día - dice Dios - este es mi curriculum:
 

Administrador de un Universo. Que incluye:
a. La Tierra (esa esfera azul)
b. El ser humano (ese que es parecido al simio)
c. Los planetas que orbitan.
d. Las galaxias.
e. Los agujeros negros
f. Los asteroides (para evitar mi grave error del pasado en el Cretácico-Terciario)
g. Misterios que todavía no conoce la ciencia y no puedo divulgar.

El que lo observa es otro Dios, mayor, huraño, con el cabello etéreo mucho más blanco.

- Muy bien. Pero me parece que no está haciendo bien las cosas en la Tierra. No, no. No está nada bien. Dígame, ¿por qué los humanos hacen tantas maldades?

- Ah, eso yo no tengo que ver. Es el diablo.

- ¿Entonces usted no es omnipotente como los demás dioses que aguardan afuera para ser entrevistados?.

- Uhmm. Bueno, sí. Pero hice todo aquello del libre albedrío. Dejo que los seres humanos escojan.

- ¿Los seres humanos? ¿Acaso no son sus hijos?.

- Sí, eso quise decir, mis hijos.

- Si lo son no entiendo como usted, como su Padre, considera correcto mantener en una completa ignorancia sobre su existencia paterna a sus propios hijos. ¿Nunca le dio pruebas de que existe así se calman un poco?.

- Uhmm. Claro, hace siglos atrás. En Palestina.

- ¿Ahí donde ahora mismo se están matando , autoinmolándose como polillas al fuego?.

- Pues sí. Ahí envié a mi hijo.

- ¿Otro hijo? Cuénteme.

- Bueno, no es otro hijo, soy yo. Es…es difícil explicar.

- Tengo tiempo para hacerlo, toda la eternidad, dígame ¿Cómo es posible que usted sea el hijo que envió?.

- Bueno, él soy yo, porque yo soy Dios y él es Dios, entonces todo es Dios. No sé si me explico.

- Creo entenderlo. Entonces usted dice que descendió al planeta para enseñar que existe, y dígame, ¿qué sucedió?.

- Les conté que existo.

- Humm – el dios viejo y blanco lo escruta fijamente y niega con la cabeza; parece leerle la mente y realmente lo está haciendo - No creo que sólo haya sucedido eso.

- Uf. Bueno. Me crucificaron, me sepultaron, pero al tercer día estaba de nuevo en pie. No me iban a ganar tan fácil. Y cuando reviví mostré que existía Dios, digo, el Padre, o sea yo mismo, yo hijo como dios. Usted entiende.

- Entiendo. ¿Y dice usted que esa es muestra de su existencia?.

- Sí – dice Dios con orgullo y lo mira arrogante.

- ¿Pero no le parece poco productivo aparecerse una sola vez en la historia? Y el resto que no estuvieron vivos ¿cómo van a creer que usted existe?.

- Ah, no Señor, ya lo pensé eso – dice Dios y se acerca para murmurarle algo confidencial – ellos están esperando mi segunda venida. Así que en algún momento me aparezco de nuevo.

- Pero ¿Y qué espera para hacerlo, no ve que se están matando entre sí desesperados por encontrar el auténtico dios?.

- Ejemm…- carraspea Dios y lo mira fijo al dios viejo y blanco – no tuve la mejor experiencia la última vez, ¿me concede que escoja yo el momento?. Nunca suelo equivocarme.

- Pero acá veo en su Curriculum que sí se ha equivocado.

- Ah, - dice Dios y hace un gesto con la mano como restándole importancia – lo del Cretácico-Terciario se me pasó. No volverá a repetirse. Ahora vigilo mejor los asteroides.

- No hablo de eso. Hablo de “Misterios que todavía no conoce la ciencia y no puedo divulgar.”.

- ¿A qué se refiere?.

- A que acaban de demostrar que usted no existe, o lo que es casi igual, que su existencia no es necesaria. Ya no le necesitan, llegó demasiado tarde.

- ¿Pero quien dice semejante sarta de barbaridades?.

 

- Un cientifico postrado en una silla de ruedas que sí dió pruebas, inválido y todo, de su inteligencia. Y en su formulación, que podemos discutir por la eternidad si es correcta o no lo es, su participación como Dios no es necesaria. 

 

- Pero no lo puedo creer.

 

- Estuvo demasiado tiempo ausente y por lo tanto ya da lo mismo que exista o no, a estás alturas, su creación le da la espalda. ¿Y eso sabe qué significa?

 

- Ilustreme por favor.

- !Que no está contratado.!  - dice el dios viejo y mira hacia la puerta etérea - ¡El que sigue!!

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Autor: S.Jarré ©
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