Bichitos divinos

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Es inevitable pensarlo cuando se estudia las costumbres de estos organismos, los icneumónidos.

Si tomamos del placard la piel del creyente, nos vestimos con ella, y ajustamos la toga a la cintura, no dudaremos en reflexionar que Dios, al incluir a esta clase de avispas pseudoparasitarias, tuvo algún arranque de sadismo.

Enseguida intentaremos mitigar esta opinión y diremos: “perdón, no. Dios es inescrutable, así como su voluntad es un misterio”.

Pero, ¿qué las hace tan sádicas a estas avispas? El hecho de que parasitan dentro de otros artrópodos, en especial de los escarabajos. Dejan dentro de los mismos sus crías, con el objeto de que las mismas coman por dentro a su anfitrión.

Sí, algo semejante a Aliens, o a la película La Cosa, The Things. Al verlos en acción, en este video, la reflexión me viene sola. Pero prefiero dejarla en palabras del genial naturalista Charles Darwin:

No puedo llegar a persuadirme de que un Dios benéfico hubiera creado adrede a los icneumónidos (avispas pseudoparásitas) con la intención expresa de que comieran dentro de las orugas vivas, o de que un gato jugara con los ratones.



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