Las 50 sombras de Grey

0


La pregunta es lo que impulsa. ¿Qué tendrá?. ¿Realmente será como dicen?.

Me refiero a la novela cuyo título he mencionado en esta entrada: 50 sombras de Grey de la autora E.L.James.

Una novela que vendió, hasta el momento, más de 40 millones de ejemplares. Tanta demanda hace que a uno le surja la inevitable pregunta: ¿Qué tendrá?

Esperé a terminar la trilogía antes de efectuar mi crítica. Y en principio, lo que pienso es que debió quedarse hasta la segunda parte o incluso la primera.

Lo que escribiré a continuación está orientado a personas que hayan leído las obras, pues mencionaré capítulos y partes del contenido que podría arruinar el suspense narrativo al lector no instruido en la obra de James.

Sean pues advertidos.


LAS CINCUENTAS SOMBRAS LIBERADAS DE GREY

La prosa atrapa al lector. Es concisa. No contiene erudición, es accesible a todo público sin necesidad de diccionario al lado. La narración ocurre en tiempo presente y a todo ritmo, de manera que la acción reemplaza a la serenidad que podría tener una obra que abunde en descripciones tediosas e incluso en documentaciones con citas a pie de página.

Sin embargo, la autora también recae en determinadas “frases de batalla” que ya en el tercer volumen se tornan angustiosamente repetitivas. El tedio lo agobia a uno cada vez que dice: “La diosa que llevo adentro”. Cada vez que menciona lo perfecto que es su adorado hombre. Cada vez que dice que sabe bien su hombre, que su perfume es el mejor.

Llega un punto, soy sincero, en que uno quiere acabar la obra más por necesidad intelectual de ver completada su labor de lector que por la atracción inicial ejercida por la obra.

Luego vienen los errores de trama. El ex jefe de Anastasia que sabotea el helicóptero personal de Grey para que muera. ¿Cómo un insignificante hombre va a acceder a la azotea de un edificio custodiado para sabotear un transporte aéreo cuyo control exhaustivo antes de volar es norma obligada de toda empresa que usa medios aéreos.?.



Y perdonándole a James esta ficción fuera de la realidad. ¿Cómo se explica que luego el ex jefe vuelva a hacer de las suyas prendiendo fuego la empresa de Grey cuando ésta estaba fuertemente vigilada?.

Esto, claro está, sin contar que sigue a Grey (un billonario hipercustodiado por varios guardaespaldas) y a Anastasia a toda velocidad por las calles, llegando a más de 170 kilómetros por hora, sin que un policía lo detenga a ninguno, y sin que los guardaespaldas de Grey lo intercepten.

Esto le quita realismo a la trama. Es fojar un guión para que se adapte al criterio del escritor y no al de la realidad. Es evidente que la autora sabe bien efectuar descripciones eróticas pero carece de imaginación para una trama de acción.

Finalmente, descubren que el que atentó contra la compañía de Grey y Christian Grey mismo es el ex jefe de Anastasia, ya esposa de Grey. Pero no lo localizan pese a que tienen sistemas para observar las cámaras de la ciudad, aun teniendo su nombre completo y su descripción física.

El ex jefe se acaba de convertir en un Jason Bourne inalcanzable. Y claro, siendo una persona dada al alcohol y a los excesos, aquello resulta pueril.

No continuaré relatando la historia. Baste decir que el final quizá sea lo peor que imaginé.


CONCLUSION

Es evidente que E.L. James se inspiró en la trama de la saga de la novela Crespúsculo (Twilight) de Stephenie Meyer. Ella misma lo confesó en diversas entrevistas.

El atractivo vampiro afeminado de la obra de Meyer se ha reemplazado por un billonario guapo, con un oscuro pasado y con ciertas inclinaciones al sadomasoquismo.

La imagen es la misma en la mente de un lector: el príncipe azul de los sueños de toda mujer pero con cierta oscuridad. Oscuridad que el amor podrá sanar.

No voy a negar que la trama de 50 sombras de Grey atrapa. No hubiera llegado al tercer volumen. Pero leerlos en seguidilla tiene su costo: advertir el tedio y la monótona repetición de frases como mantras que emplea la autora de manera insistente, capítulo tras capítulo, evadiendo así toda originalidad.

¿Sí la recomiendo? Quizá. Una persona que es capaz, pese a todos sus errores de trama y de gramática, de hipnotizarnos por más de dos libros con cientos de páginas, merece cierta atención.

Eso es algo que pocos autores logran. Incluso en nombres tan célebres como Tolstoi. Pero no busquen una novela de reflexión profunda e incluso realista; sólo una de aquellas de ágil lectura y que es capaz de leerse en un subte apretado como un cerdo mientras los pasajeros lo codean a uno. La atención, aun así, no se pierde.

Es lo que se llama una novela mortal, esas que en unos años nadie recordará y se perderá en las sombras, no de Grey, sino del olvido literario.

Publicar un comentario

0Comentarios

Telegram del autor:@SJarre