Quizá el mayor peligro de este bulo de Internet sea que causa aprensión. Y si causa eso, el miedo está agazapado.
Para los fóbicos y obsesivos compulsivos puede ser fatal. De ahí en más habrán de calcular cada movimiento de su cuerpo, no vaya a ser que el huesito filoso los mate.
Y nada más lejos de la verdad.
En realidad, el spam que circula hace referencia a que si usas mucho el celular, entre la cabeza y el hombro, puedes clavarte aquel hueso y producir un accidente cerebrovascular.
Y como todas las cosas que circulan masivamente en Internet, este engaño está formado por medias verdades.
Es cierto, el huesito existe. Pero para que se produzca algún daño primeramente debe estar desproporcionadamente largo. Y, además, cuando esto sucede tenemos síntomas como dolor de muelas, oídos, etc.
Se le suma el hecho de que deberíamos estar con el celular mucho tiempo sosteniéndolo entre la cabeza y hombro para que algo se produzca.
EL ORIGEN DEL FRAUDE
Probablemente el origen haya sido la ceguera que padeció un psiquiatra francés tras una hora hablando en esa posición incómoda.
Aquel hombre sufrió un mini-accidente cerebrovascular que le ocasionó la ceguera temporal de un ojo y dificultades para hablar.
Desde que se conoció esta noticia (en 1999), y la existencia del dichoso hueso se hizo popular, los correos por Internet empezaron a difundir la noticia, exagerándola, aumentando el dramatismo.
CONCLUSION
No vamos a decir que sea sano y normal sostener una comunicación con la cabeza y el hombro.
Ningún médico lo recomendaría. No obstante, que te claves aquel huesito en alguna vena importante es una rareza como que te caiga un rayo estando en un bosque con tormenta.
Puede suceder, pero no es lo usual, sino nadie saldría en días de tormenta.
La exageración, usando medias verdades, no conduce a nada agradable cuando se trata de nuestra frágil salud.
Suficientemente vapuleados estamos con el mundo que nos rodea para añadirle otra magnitud a nuestro mundo interno.
Para los fóbicos y obsesivos compulsivos puede ser fatal. De ahí en más habrán de calcular cada movimiento de su cuerpo, no vaya a ser que el huesito filoso los mate.
Y nada más lejos de la verdad.
En realidad, el spam que circula hace referencia a que si usas mucho el celular, entre la cabeza y el hombro, puedes clavarte aquel hueso y producir un accidente cerebrovascular.
Y como todas las cosas que circulan masivamente en Internet, este engaño está formado por medias verdades.
Es cierto, el huesito existe. Pero para que se produzca algún daño primeramente debe estar desproporcionadamente largo. Y, además, cuando esto sucede tenemos síntomas como dolor de muelas, oídos, etc.
Se le suma el hecho de que deberíamos estar con el celular mucho tiempo sosteniéndolo entre la cabeza y hombro para que algo se produzca.
EL ORIGEN DEL FRAUDEProbablemente el origen haya sido la ceguera que padeció un psiquiatra francés tras una hora hablando en esa posición incómoda.
Aquel hombre sufrió un mini-accidente cerebrovascular que le ocasionó la ceguera temporal de un ojo y dificultades para hablar.
Desde que se conoció esta noticia (en 1999), y la existencia del dichoso hueso se hizo popular, los correos por Internet empezaron a difundir la noticia, exagerándola, aumentando el dramatismo.
CONCLUSION
No vamos a decir que sea sano y normal sostener una comunicación con la cabeza y el hombro.
Ningún médico lo recomendaría. No obstante, que te claves aquel huesito en alguna vena importante es una rareza como que te caiga un rayo estando en un bosque con tormenta.
Puede suceder, pero no es lo usual, sino nadie saldría en días de tormenta.
La exageración, usando medias verdades, no conduce a nada agradable cuando se trata de nuestra frágil salud.
Suficientemente vapuleados estamos con el mundo que nos rodea para añadirle otra magnitud a nuestro mundo interno.