Con esta entrada no pretendo abarcar una biografía del genial Fidias. Muy por el contrario, sólo dejar constancia de sus magníficas obras sin ahondar en su personalidad.
Para ello, ya he escrito una novela documentada sobre su vida que al interesado al puede adquirir aqui mismo: click aqui
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Fidias estuvo presente en lo que se conoció como la Edad de Oro griega (siglo V a.C). Junto con Pericles, el Olímpico, aquel hombre pasó por la pintura y decantó en la escultura y arquitectura de obras colosales.A diferencias de sus contemporáneos, que buscaban la idealización en lo pequeño, Fidias sólo podía contentarse con lo maravilloso, lo grande, lo augusto.
Llevó a cabo grandes trabajos, entre los cuales podemos destacar la Atenea de bronce y la crisoelefantina, el Partenón y la séptima maravilla del mundo: El Zeus de Olimpia.
Sobre éste último se ha dicho que al contemplarlo eclipsaba de los corazones todos los males. Que su rostro era más divino que humano. Y que asentó las bases para que en el inconsciente de la humanidad asociáramos para siempre la bondad y a Dios en un rostro barbado.
Aquí algunas de sus obras que el tiempo no pudo devorar. Lamentablemente del Zeus sólo han quedado grabados antiguos y viejos dibujos que no denotan la grandeza que tuvo.
