Uno defiende los niños porque Dios se lo pidió. Otro, los entrena, los sodomiza, y los asesina porque Dios también se lo pidió.
Parece que Dios no manda bien sus mensajes. O no se decide. O mejor: la gente le pone el nombre "Dios" a sus propios demonios.
Hablo de Sam Childers, "el reverendo metralleta", alguien que no tiene límites cuando se trata de rescatar niños, y Joseph Kony, el más buscado y popularizado gracias al documental Kony 2012.
Gerard Butler , el musculoso actor de la película 300, rodó la historia de Sam Childers en El Rescate o Machine Gun Preacher.
"Cada chico que rescato, es un milagro de Dios", afirma el reverendo metralleta. Y confiesa que fue la voz de Dios lo que le sacó de las drogas y le hizo poner un orfanato para niños.
Así habló Dios para Sam Childers:
“Quiero que construyas un orfanato para los niños”.
Las formas de la voz de Dios son misteriosas, pero generalmente representan la conciencia de la propia persona que, en lugar de darle valor a lo mejor que tiene el ser humano, esto es, el sentido de hacer el bien, prefiere adjudicarle a Dios dicha potestad, como si sólo Dios viera donde está el mal y donde el bien y tuviera necesidad de susurrarnos lo obvio.
Pero el impulso lo da esa obligación con lo sobrenatural. Y Sam funda el orfanato y se enfrenta a las guerrillas para rescatar niños porque así Dios se lo pide.
Paralelamente Kony, otro que escucha a Dios, parece seguirle la contraria: entrena niños para matar, los convierte en esclavos sexuales, y persiste en un sendero de pura maldad.
Al final, dos hombres enfrentados por sus ideales más íntimos, luchan, se dan caza, y tratan de comprender los misterios de Dios.
Actualmente Sam Childers confiesa que Kony no es el único problema a replantearse. Veamos el video donde explica mejor quien es el responsable de miles de muertes de niños.
Sea así o no, lo cierto es que Kony ofrece la pura maldad sobre la tierra. Obliga a los niños secuestrados a matar a sus familias, a comerse las carnes de sus miembros, a comportarse como objetos sexuales.
La doctrina que sigue Kony es una mezcla de misticismo rancio con fundamentalismo bíblico. Me pregunto qué sucedería de no existir dichas creencias: ¿Existiría un Kony? ¿Habría un "reverendo metralleta"?.
Parece que Dios no manda bien sus mensajes. O no se decide. O mejor: la gente le pone el nombre "Dios" a sus propios demonios.
Hablo de Sam Childers, "el reverendo metralleta", alguien que no tiene límites cuando se trata de rescatar niños, y Joseph Kony, el más buscado y popularizado gracias al documental Kony 2012.
Gerard Butler , el musculoso actor de la película 300, rodó la historia de Sam Childers en El Rescate o Machine Gun Preacher.
"Cada chico que rescato, es un milagro de Dios", afirma el reverendo metralleta. Y confiesa que fue la voz de Dios lo que le sacó de las drogas y le hizo poner un orfanato para niños.
Así habló Dios para Sam Childers:
“Quiero que construyas un orfanato para los niños”.
Las formas de la voz de Dios son misteriosas, pero generalmente representan la conciencia de la propia persona que, en lugar de darle valor a lo mejor que tiene el ser humano, esto es, el sentido de hacer el bien, prefiere adjudicarle a Dios dicha potestad, como si sólo Dios viera donde está el mal y donde el bien y tuviera necesidad de susurrarnos lo obvio.
Pero el impulso lo da esa obligación con lo sobrenatural. Y Sam funda el orfanato y se enfrenta a las guerrillas para rescatar niños porque así Dios se lo pide.
Paralelamente Kony, otro que escucha a Dios, parece seguirle la contraria: entrena niños para matar, los convierte en esclavos sexuales, y persiste en un sendero de pura maldad.
Al final, dos hombres enfrentados por sus ideales más íntimos, luchan, se dan caza, y tratan de comprender los misterios de Dios.
Actualmente Sam Childers confiesa que Kony no es el único problema a replantearse. Veamos el video donde explica mejor quien es el responsable de miles de muertes de niños.
Sea así o no, lo cierto es que Kony ofrece la pura maldad sobre la tierra. Obliga a los niños secuestrados a matar a sus familias, a comerse las carnes de sus miembros, a comportarse como objetos sexuales.
La doctrina que sigue Kony es una mezcla de misticismo rancio con fundamentalismo bíblico. Me pregunto qué sucedería de no existir dichas creencias: ¿Existiría un Kony? ¿Habría un "reverendo metralleta"?.