La bella teoría de Dunne

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Dunne, en colaboración con varios voluntarios estudiantes de la Universidad de Oxford, llevó a cabo el mismo experimento con el tiempo que he narrado en otra entrada. 

La coincidencia entre los sucesos nocturnos y diurnos fue verificada por observadores imparciales. 

Es evidente que a la observación atenta diurna uno debe contemplar el mismo grado de observación detallada cuando está soñando. 

Despiertos o dormidos, debemos ser excepcionales observadores. 

Pero analicemos algunos casos de voluntarios en el experimento de Dunne, veamos si no podría haber otras explicaciones (tomo solo los casos catalogados como “Buenos”, por Dunne): 

PRIMERO
 
El sueño trataba de una cabeza dividida como en el gráfico de un frenólogo. 

Acontecimiento diurno: el sujeto veía una cabeza dividida de esta manera en un libro de medicina perteneciente a un amigo de la universidad. 

Intervalo: cerca de un mes 

Valor: Indiferente 

Posible explicación: de manera inconsciente la persona pudo haber tenido contacto con una imagen semejante. Luego, una especie de Criptomnesia impidió que lo recordará y que considerase la imagen como si fuera la primera vez que la veía


SEGUNDO
 
El registro del sueño describe "una canoa hecha de una delgada madera marrón, barnizada, con un paño verde sobre ella atado por uno de sus extremos". Continua "mi hermana y yo estábamos junto al extremo del paño verde y con gran júbilo ella se anudaba el paño sobre la cabeza" 

Acontecimiento diurno: El sujeto describe que llevó a su hermana, que estaba en la escuela de Exmouth, a dar un paseo en barca. Les proporcionaron unos trozos de sábanas verdes impermeabilizadas para protegerse de las salpicaduras. Añade, "en cuanto salimos, mi hermana estaba muy excitada y se echó el paño verde impermeable hasta el mentón, y por un momento hundió su cabeza en éste". El sujeto sugiere que la representación visual que daba a su hermana excitada "sentada en un rincón de la popa cuadrada" con la sábana verde hasta el mentón era el origen de la imagen onírica. 

Intervalo: Dos meses y medio.  

Valor: Indiferente (debido a la extensión del intervalo) 

Posible explicación: Pudo soñar con una imagen parecida y adaptarla a la imagen diurna como una realidad. Si la persona era asiduo de navegar en barca, sabía, aunque no lo recordara conscientemente, que dan esos paños verdes para protegerse de salpicaduras. De alguna manera pudo tener acceso a la información sensorial para estructurar el sueño. 


TERCERO

El registro del sueño dice lo siguiente: "soñé que navegaba solo en un pequeño bote construido por una cantidad de ruedas de carro cortadas por la mitad con planchas de madera clavadas a lo largo de los costados y alquitranadas" 

Acontecimiento diurno: El sujeto vio una estructura de madera, de la misma forma que la que aparece en el registro, llevada por un hombre. El objeto era muy parecido a la imagen onírica salvo que los radios de las ruedas faltaban. 

Intervalo: casi un mes. 

Valor: bueno. 

Posible explicación: puede tratarse de una casualidad. Las posibilidades de construcción de botes no son infinitas. 


CUARTO

 
El registro del sueño dice: "Pienso que voy a Honolulu. Puedo ver una isla en lontananza" 

Acontecimiento diurno: En una película vista por el sujeto se describe la aproximación a Honolulu. 

Intervalo: dos días. 

Valor: Bueno. 

Posible explicación: de nuevo, un adelanto de la película pudo haber sido vista antes en algún comercial, inyectándose la imagen para la estructuración posterior en el sueño. 


QUINTO


El registro del sueño dice: "Mi primo J.H. acaba de comprometerse. He visto a su novia por primera vez y me sorprende comprobar que es pelirroja". 

Acontecimiento diurno: El sujeto recibió una carta de su casa en la que se describía a la novia de su primo y se mencionaba el color de su pelo. 

Intervalo: dos o tres días. 

Valor: bueno 

Posible explicación: puede ser una coincidencia. También, una simple asociación recordando los gustos de su primo por las mujeres.  


CONCLUSION


Es evidente que los casos de voluntarios de Oxford no fueron tan contundentes como los que evidenció Dunne. La mayoría, como vimos, tienen una sencilla explicación bien natural.  

Al respecto, el propio Dunne reconoce este inconveniente, y coincide diciendo: 

"Mi propio caso es, hay que admitirlo, inusual. Nunca he dicho que no fuera un extraordinariamente buen soñador “ 

Por tal motivo, y considerando que quizá los voluntarios no tuvieron el mismo autocontrol meticuloso de Dunne y la memoria detallada de los sueños, pienso continuar probándolo, como he dicho, hasta verificar por mi mismo, empleando la misma meticulosidad, mis estados oníricos. 

Es la única forma de descartar o no está bella teoría.

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