En efecto, no hay evidencias. Salvo dos registros talmúdicos.
Los evangelios fueron redactados muchos años posteriores a la muerte del Redentor, y no suelen ser considerados otra cosa que textos propagandísticos.
En realidad, hubo docenas de textos de la época que, para decidir cuales habrían de constituir los actuales evangelios, se sometió a una intensa oración , cuenta la leyenda, y Dios les iluminó a los prelados cuales habrían de ser los escogidos. Otra leyenda dice que en realidad sacudieron de una mesa una parva de manuscritos y los que quedaron sin caer fueron los escogidos.
La realidad es que hay dos crónicas que avalan la existencia de Cristo. La de Tácito, por ejemplo, dice esto:
“Por lo tanto, aboliendo los rumores, Neron subyugó a los reos y los sometió a penas e investigación por sus ofensas , el pueblo, que los odiaba, los llamaba Cristianos, nombre que toman de un tal cristo, que en época de tiberio fue ajusticiado por poncio pilato"
Y la del historiador Flavio Josefo confirma en su Testimonio Flaviano, en Antiguedades de los Judios:
“Por este tiempo apareció Jesús, un hombre sabio, si es que es correcto llamarlo hombre, ya que fue un hacedor de milagros impactantes. Un maestro para los hombres que reciben la verdad con gozo y atrajo hacia él a muchos judios y a muchos gentiles además. Y cuando Pilato, frente a la denuncia de aquellos que son los principales entre nosotros, lo había condenado a la cruz, aquellos que lo habían amado primero no le abandonaroon , ya que se les apareció vivo nuevamente al tercer dia. Habiendo predicho esto y otras tantas maravillas sobre él los santos profetas"
Como el texto de Flavio fue copiado muchas veces a lo largo de los siglos, se sospechó siempre que los copistas cristianos agregaron sus ideas o creencias exageradas al texto. Pero prácticamente por unanimidad los historiadores confirman que el texto de Josefo ha sido este:
“Por este tiempo apareció Jesús, un hombre sabio, y atrajo hacia él a muchos judios. Y cuando Pilato frente a la denuncia de aquellos que son los principales entre lo habia condenado a la cruz aquellos que lo habian amado primero no le abandonaron"
Otro dato histórico de la existencia del procurador romano Pilato, es su famosa piedra descubierta en 1961. Parece no haber dudas de que existió tal hombre.
Probablemente la mayor critica al Cristianismo se deba a que los evangelios fueron escritos por personas que no le conocieron en persona a Jesús. Y fueron redactados muchos años después de su muerte. Entre los años 60 y 110.
Ahora bien, sobre la cruz y su veneración recién en la edad media aparecieron las iconografias con Cristo crucificado. Anteriormente, el único registro fue el del Grafito de Alexámenos en el siglo II.
Lo mismo, inevitablemente, se añadieron cosas que ni siquiera se registran en los evangelios. La fecha de nacimiento de Cristo, por ejemplo, es un añadido que fue extraído -copiado/plagiado - a los cultos solares, (El sol invictus) por eso incluyeron el 25 de diciembre que ningún texto lo menciona.
Es verdad que históricamente las evidencias son escasas. La transmisión oral ha sido importante, y como toda transmisión de persona a persona, los hechos han podido ser desfigurados.
Y sin embargo, los creyentes en Cristo de los primeros tiempos desafiaron todo un sistema impuesto, sin importarles los numerosos riesgos que podían correr. Tengamos en cuenta que en aquella época estaban los setianos, los nazareos, los fibionitas, los simonianos, los arcónticos, los cainitas, los ofitas, ¿como triunfó ante ellos Pedro y sus aliados?. ¿Que tuvo la primitiva secta cristiana para alzarse ante lo demás cultos pululantes en la época.?
Para Tertuliano se debió a que los primitivos cristianos llevaban una idea que se destacaba del resto de los cultos y que era la resurrección de la carne. Pero más allá de esta promesa de De Carne Christi, ellos supieron trasladar la convicción de sus creencias al resto. Porque es cierto algo: los primitivos cristianos eran soberanamente fanáticos (por eso Hipatia acabó masacrada por ese fervor maniático).
Su primer líder, Pedro, terminó sus días en los tiempos de Neron crucificado cabeza abajo, de una manera tan violenta como su amigo y compañero Jesús. Lactancio nos deja su testimonio:
“Y mientras Nerón reinaba (54-68), el Apóstol Pedro vino a Roma, y, a través del poder de Dios que le encomendó a el, obró ciertos milagros, y, convirtió a muchos a la verdadera religión, construyendo un templo fiel y firme para el Señor. Cuando Nerón oyó hablar de esas cosas, y observó que no solo en Roma, sino en cualquier otro lugar, una gran multitud se rebelaban todos los días contra la adoración de ídolos, y, condenando sus viejas costumbres, se acercaban a la nueva religión, él, un despreciable y perverso tirano, se apuró para arrasar el templo celestial y destruir la verdadera fe. Él [Nerón] fue el primero en perseguir a los siervos de Dios. Él crucificó a Pedro y él mató a Pablo.”
Tertuliano (siglo II) describe que Pedro sufrió una muerte similar a la de Jesús:
¡Cuán feliz es su iglesia, en la cual los apóstoles derramaron toda su doctrina junto con su sangre! ¡Donde Pedro soportó una pasión como la de su Señor!
Clemente Romano, en su Carta a los Corintios (80-98 d.C.), también habla del martirio de Pedro. Quizá haya sido uno de los mayores fanáticos de Cristo, uno de los que creyó al verlo resucitado de que tenía de verdad poderes sobrenaturales.
Por eso la idea de que todo ha sido un enorme complot fue sugerida por diversos autores e historiadores, un complot donde gravitaba la idea de que volver a la vida en carne y huesos era parte de la creencia asumida por los judíos, y no una resucitación espiritual o etérea, de la cual no habrían creído un ápice. De Carne Christi, nada más ni nada menos. Eso esperaban, y Cristo se los concedió.