Kant y la realidad observada

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Kant revolucionó, de alguna manera, la filosofía comprendida hasta entonces, cuando afirmó que la realidad nos es imposible de experimentar. Para Kant, todas nuestras percepciones se las debemos a nuestros sentidos y estos a como nuestro cerebro los filtra; como interpreta el mundo.

En realidad tenemos una representación filtrada de la realidad. Pero ¿Cuál sería esa realidad sin procesar de la que obtenemos retazos? 

Para Kant, dicha realidad última (o final) jamás nos será revelada. Ahora bien, Schopenhauer pensaba que sí se podía conocer está realidad final por medio de nuestro cuerpo y lo que sentimos a través del mismo; a través de una interiorización.

Por eso dedicó mucho de sus esfuerzos a comprender el drama existencial. Como Buda, Schopenhauer pensaba que estábamos condenados al sufrimiento. Y que, inmersos en un círculo vicioso de deseo, satisfacción, tedio y de nuevo deseo, la única forma de escapar a algo de lo cual nuestra naturaleza misma nos condenaba, era saliendo de aquel círculo vicioso; rompiendo los deseos.

Y es lo que hizo: vivió y murió en completa soledad, sin grandes éxitos, sin mujeres, sin la fama que tras su muerte lo hizo inmortal; en un sillón solitario mientras leía un libro: así se fue de esta vida.

Ahora bien, a esta idea de que somos incapaces de atisbar la realidad última se suman las teorías de algunos pensadores, como William James, que teorizó en su Human Immortality que nosotros eramos un filtro de una inteligencia por fuera de nuestro cerebro. En otras palabras, que nuestro cerebro solo era una estación de sintonia de eso que realmente eramos, y que nos comandaba a distancia, como avatares. Lo llamó teoría de transmisión" o "teoría de la filtración".

Esto permite entender que, si aceptamos como Kant, que la realidad última nos evade, al menos también nos acerca la posibilidad de inmortalidad. Y dicen al respecto el matemático Martin Gardner:

"La vida que tenemos ahora nos parece real, pero de hecho se trata de un sueño, en el que tenemos experiencias y recuerdos auténticos, pero nuestro cerebro terrestre está transmitiendo constantemente información a nuestro verdadero yo del otro mundo. Cuando termina nuestra vida de aquí, nos despertamos allí con todos nuestros recuerdos del sueño terrestre intactos"

¿Que sustento hay para considerar posible esta teoria?. Absolutamaente ninguno. O la fe. Que es lo mismo. Pero es bonito pensar de esa forma mucha veces. Sobre todo, ¡cuando nos apretamos un dedo contra la puerta!


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