Ahora bien, a esta idea de que somos incapaces de atisbar la realidad última se suman las teorías de algunos pensadores, como William James, que teorizó en su Human Immortality que nosotros eramos un filtro de una inteligencia por fuera de nuestro cerebro. En otras palabras, que nuestro cerebro solo era una estación de sintonia de eso que realmente eramos, y que nos comandaba a distancia, como avatares. Lo llamó teoría de transmisión" o "teoría de la filtración".
Esto permite entender que, si aceptamos como Kant, que la realidad última nos evade, al menos también nos acerca la posibilidad de inmortalidad. Y dicen al respecto el matemático Martin Gardner:
"La vida que tenemos ahora nos parece real, pero de hecho se trata de un sueño, en el que tenemos experiencias y recuerdos auténticos, pero nuestro cerebro terrestre está transmitiendo constantemente información a nuestro verdadero yo del otro mundo. Cuando termina nuestra vida de aquí, nos despertamos allí con todos nuestros recuerdos del sueño terrestre intactos"
¿Que sustento hay para considerar posible esta teoria?. Absolutamaente ninguno. O la fe. Que es lo mismo. Pero es bonito pensar de esa forma mucha veces. Sobre todo, ¡cuando nos apretamos un dedo contra la puerta!