Ovnis: el renacimiento de una época

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Dejé hace unos 7 años de investigar el fenómeno ovni. Y me refiero a investigar a eso de pasar frío en un descampado o en una montaña a la pesca de caprichosas luces. 
 
Y sin bien ha sido un fenómeno que me apasionó desde que tengo memoria, actualmente no considero sea una prueba de la existencia de vida extraterrestre, ni siquiera creo que puede hablarse de pruebas.

Durante ese tiempo vi pasar de refilón lo mismo de siempre: relatos en YouTube, videos calificados de sorprendente, más testimonios con fotos del testigo y el periodista del misterio en pose a su lado. Lo de siempre. 

Pero de repente, vaya uno a saber por qué, el asunto ovni volvió a recrudecer en mí. Y yo que lo creía extinguido como misterio, volvió a alzarse delante de mi rostro, precisamente frente a donde me sentaba, para llevarme de la mano de nuevo a los terrenos de la imaginación y la fantasía. Ya me explicaré.
 

El que está de pie, con cabello largo, es quien esto escribe. Este campamento se llevó a cabo en el conocido como Valle de los Espíritus, en el cerro Uritoco, cuando iba en busca de misterios.

Los años pasaron y me metí en muchos grupos, hice investigaciones de campo, vigilias nocturnas, entrevisté a testigos, y formé amistad con muchos ufólogos. 

Pero algo, no sé decirlo, me desencantó con el tiempo. 
 
No sabría decir si fueron que muchos ufólogos estaban realmente delirados, o que, en la mayoría de los casos Ovni había explicaciones racionales. Lo cierto es que poco a poco aquel mundillo me resultó indiferente. 

Quizá, pienso, la culpa se deba a fin de cuentas a mi escepticismo galopante: he puesto en muy rigurosa duda la existencia del propio Dios, ¿qué podía esperarse de los Platos Voladores?.  

Los años pasaron, y del tema no quise hablar. Siempre respondía lo mismo: ovni es objeto volador no identificado, y puede ser cualquier cosa. No significa extraterrestre. 

Que haya vida en el universo, si la hay, no convierte al planeta Tierra en una autopista intergaláctica de paso, donde naves interplanetarias de otros mundos nos visitan como turistas. 
 
Pero no podía huir de las evidencias que para la ciencia tal vez no constituyen nada, pero para una persona que investiga estos hechos sí. Y hablo de los testimonio de ocasionales observadores del fenómeno.

Y sin que yo quisiera estaban ahí, con el peso propio de toda experiencia verdadera.

Mi padre, cuando era niño, me había relatado su avistamiento de un ovni, metalizado y con forma de sombrero, en plena carretera rumbo a Santa Teresita. 

Yo mismo, en dicha ciudad balnearia, había visto una esfera de luz verde azulada suspendida en el aire que pareció dar un giro circular y desaparecer. Fue un instante, pero la estela de luz quedó en el firmamento varios segundos. Como siempre, lo achaqué a un meteorito ingresando a la atmósfera. Tal vez, chatarra espacial. 
 
Más tarde la visita de un amigo de mi padre volvió a ponerme contra la pared: me relató su experiencia asombrosa en un entrenamiento militar cuando era joven, en la provincia de Neuquén. 

En aquella época, mientras hacía practicas militares, vio con absoluta nitidez un ovni con forma ovoide que parecía iluminado como si se tratara de aquellas lunas llenas que toman el color amarillo anaranjado. Se quedó suspendido unos instantes, y de pronto desapareció de manera fugaz. Este es el dibujo de lo que vio aquel hombre.


También, de joven, mi abuelo me había relatado la visión que tuvo de una bola de fuego cayendo desde el firmamento y que pensó se trataba de un meteorito. Pero de pronto dio un giro y pareció sobrevolar los árboles para luego perderse (igual algunos sospechan que esto es capaz de hacerlo un meteorito).
 
El último relato, y que me sacó definitivamente de mi apoltronada amnesia, fue de la hermana de mi mujer. Ella me contó en más de una ocasión, con lujo de detalles, el avistamiento de un ovni plateado, que viajó paralelo al avión que tripulaba en un viaje a España. 

Lo vio por la ventanilla. Era de mañana. Y el reflejo del sol daba en aquella forma metálica que parecía girar constantemente. 

Algo así, según me dijo y que pueden oir en este video



Treinta años después del relato de mi padre, volvía a toparme por casualidad con otro idéntico: la misma estructura metálica caprichosa que parecía desafiar la gravedad y girar sobre si misma. Como esos levitrones que flotan en virtud del magnetismo. 

Y si pensaba que hasta aquí estaban las casualidades, todavía me faltaban dos más. 
 
No sé cómo, pero un tema llevó a otro, y mientras conversaba con una compañera del trabajo sentada frente a mi, de repente se puso seria y me relató el episodio en el que vio un objeto luminoso que, como suelen hacer y que para mi ofrece credibilidad al fenómeno, salió disparado como un rayo sobre el firmamento.

Estuvo estático varios minutos y luego se evaporó en un abrir y cerrar de ojos a una velocidad inaudita.

Debo decir que esta clase de maniobras parecería tratarse de una suerte de constante. Y que, en mi humildísima opinión, da credibilidad al fenómeno en sí como algo que merece una explicación más allá de las mencionadas siempre (chatarra espacial, meteoritos, centellas, drones, fallas en la percepción, etc).

Aquellas maniobras obedecen a una tecnología que al menos por ahora no se ha divulgado, y quizá, si pertenece a algun inventor, sea hora de descubrirla al mundo

Desafían la gravedad, y es claro que el nivel de aceleración debe consistir en otra clase de ingenio de propulsión cuya base no es el motor tradicional. 
 
Apenas termina de decirme esto mi amiga que otra chica, que estaba atenta a la conversación, de nombre Jesica, me dice que ella también vivió una experiencia semejante. Y pasa a narrarnos lo sucedido.

Sucedió en nada menos que la mítica provincia de Entre Ríos, en Colón, muy cerca de Victoria, centro de avistamientos de ovnis. Ella estaba con su novio por aquel entonces, y mientras se tomaban fotos con el fondo de la laguna y la isla a la distancia, un objeto se presentó en la distancia (que saldría en la foto retratado)  Enseguida su novio le llamó la atención sobre aquella "cosa voladora", pero cuando ella giró la cabeza aquel objeto tomó una velocidad asombrosa y desapareció.

Quedaron de evidencias aquellas imágenes y otras tomadas minutos antes ( a la laguna nada más,) donde se aprecia ya el objeto merodeando por la zona. No hace falta decir que le pedí las fotografías. 

Y aunque habían pasado casi 9 años, la fortuna me bendijo con este material que ahora comparto.  

Foto tomada el 24 de Mayo de 2009 a las17:37 hs. Ya se avistaba el objeto.

Foto tomada el 24 de Mayo de 2009 a las 18:12 hs sobre la isla. Se aprecia como una cola ¿la aceleración?. 


Estaba de nuevo ante esa desaparición brusca que hacen esta clase de objetos aéreos. Y exactamente la foto había sido tomada en el mismo año en que yo dejaba de investigar esas rarezas aéreas en Venezuela (donde obtuve el último relato de un testigo sincero, en Caracas). 

Ante esta inusitada avalancha de información y evidencias ¿qué podía hacer yo?. ¿Dejarlas pasar e insensibilizarme ante estos testimonios?. ¿Negar los relatos de los testigos por obra y gracia de mi superioridad intelectualidad a prueba de engaños?.

No pude, soy incapaz, de negar los testimonios. 

Pero...

Diseño del ojo crítico


Algo ve la gente en el aire que desafía las leyes de la gravedad y que responde a ciertos comandos que evidencian una inteligencia detrás.

No creo para nada que sean de otro planeta, ni ángeles, ni visitantes del futuro (bueno esto último me encantaría, les soy sincero), sino que forman parte de algo todavía no descifrado por completo pero que  le da al mundo esa sensación de que algo está mal, que la historia no es totalmente como nos la cuentan.



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