El maestro Zhou refutado

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Maestro Zhou
A menudo uno piensa en los orientales como depositarios del saber ancestral. Se los ve tan serios, tan repletos de filosofía, que uno no pensaría que pertenecen a aquellos países donde más abunda la mortandad de niños, donde existe todavía una creencia primitiva en el primogénito, donde se comen perros, y mil cosas más.

Pero uno, al verlos, se detiene a pensar: Kung Fu. Durante años, desde niño, fui practicante de dicho arte marcial. No puedo decir que haya otras mejores (practiqué casi todas), salvo el Ninjutsu, oriundo de Japón.

En fin, no voy a hablar de artes marciales en este artículo sino de un Chino que dice poder calentar con el sólo poder de sus manos paños húmedos, o sacar arena mojada y secarla entre sus manos.

¿De quién hablo? De nada menos que el maestro Zhou. Uno de los entrevistados del programa de Superhumanos de Stan Lee. Como no podía faltar.

Este hombre dice que sus palmas desprenden una energía que llega a calentar la arena mojada y secarla en segundos. En su exhibición, además, hace alarde de todo tipo de trucos de magia como caminar por encima de cuadros revestidos con papel y que los mismos toleren su peso. O tocar con las manos, muy por encima, cadenas candentes y pasar su lengua sobre hierros al rojo.

De más está decir que lo que hace es un Show que nada tiene que ver con poderes mágicos ni con capacidades desconocidas del Chi Kung. No. Son meros trucos de ilusionismo, y voy a explicarlos ahora cada uno.  


LOS TRUCOS DEL MAESTRO ZHOU

Es inevitable. Siempre hay gente que, sin tener conocimientos de ilusionismo, piensa que hay seres con ocultos poderes entre nosotros. Y cuando uno les enseña lo sencillísimo que es hacer un truco sin necesidad de recurrir a una violación de las leyes de la naturaleza, se resisten. Y atacan a quien muestra el fraude. Es parte de la resistencia a perder el sentido de la vida que muchos crédulos encontraron en aquellos charlatanes.

En aquel video (que retiraron de youtube) vemos que no compromete jamás su mano con las cadenas al rojo vivo, las pasa sobre la superficie apenas lo necesario para no comprometer su delicada piel a las altas temperaturas. Algo parecido hace cuando pasa el hierro candente sobre su lengua: sencillamente pone suficiente saliva en la lengua cada vez que pasa, veloz, el hierro.

Por eso siempre se le cae la baba, hace uso de exceso de saliva para no comprometer su delicada lengua con el hierro caliente.

Sacando la arena húmeda que le conviene
Pero uno de los trucos más publicitado es el de la arena. Llena un pote con agua y arena, y saca arena húmeda con sus manos. En segundos, evapora supuestamente el agua y saca arena seca.

Sin embargo, lo que hace es manipular, con sus movimientos extravagantes, la arena mojada de modo de cambiarla por arena seca. Por eso gesticula como que si estuviera obteniendo poderes de concentración; aprovecha para intercambiar, veloz, la arena.

En otros casos, como en Superhumanos, lo que saca es arena seca del propio recipiente de agua. Me explico. Se sabe que si llenamos con agua un recipiente abundante con arena, hay unos segundos hasta que la arena absorbe por completo el agua (más si está o no presionado determinado sector de arena).

Entonces, si revuelve en un costado, podrá sacar arena húmeda, y en el costado que no revolvió,(y quizá más presionado con arena o un túmulo más alto) todavía permanecerá seca bajo la superficie del agua.

Se aprecia las manos con arena pegoteada.
¿La prueba de lo que digo? Sus manos. Fíjense que tiene las manos cubiertas de arena húmeda adherida a sus palmas. Si la hubiera secado de verás, no tendría más que polvo que frotándose entre las manos caería al suelo. Pero no.

Lo que vemos es que sus manos presentan una capa de arena húmeda, ¡ lo que no se explica si en verdad sus manos son calefactores humanos de altas temperaturas.!

Otro efecto que hace es con un paño húmedo y un pedazo de papel metalizado doblado. Al enfocar sus manos parecería que despide calor y el paño se seca (o cuando menos despide vapor).

Lanzando la arena en escenario
Aquí, de nuevo, vemos que manipula aquello de una manera bastante extraña. Pero ¿Por qué usa aquel paño mojado y el papel metalizado plegado varias veces y envuelto en aquel paño?

La escena no me cuadraba, presentaba los movimientos típicos en el ilusionismo. La ocultación evidente de algo – por medio de los paños – significa que ese algo tiene el truco en si. Y pensé enseguida una reacción exotérmica por oxidación.

En efecto, hay químicos que pueden generar el efecto de vapor, incluso el aumento de la temperatura. Y pensé, naturalmente, en el truco de David Copperfield, viejísimo y jamás pasado de moda, del humo dentro de la copa.

El truco del paño húmedo y el papel metalizado
En aquel efecto, bastaba la unión de dos químicos, uno embadurnado por dentro del cristal de la copa, y otro en la tapa que pondremos sobre la misma, para que, al combinarse, generen el humo misterioso. Es un clásico de la magia de escena.

En el caso del maestro Zhou debió emplear algo semejante. Fue la unión del papel metalizado, ya asperjado con el ingrediente secreto ( que puede ser: permanganato de potasio (KMnO4), el dicromato de potasio (K2Cr2O7), el ácido nítrico (HNO3) entre otros muchos) , y el paño húmedo con H2O , esto es , agua, lo que genera el misterioso efecto del vapor y el calor generado por la obvia reacción exotérmica de ambos químicos (calor que la palma de Zhou acaparará para la fotografía térmica).


CONCLUSION 

Descubrir este fraude demuestra dos cosas: por un lado que hasta un anciano con mirada seria nos puede timar si así lo desea. Por otro, que hay gente que tiene una necesidad imperiosa de creer.

En los videos, no puedo dejar de sorprenderme como los supuestos expertos se asombran de sus trucos sencillos de resistencia al fuego, o cuando lo aplauden al sacar arena seca que , obviamente tenía entre las manos – y que no secó como intenta hacernos creer – parecería que la necesidad de creer en tales personas puede con todo.

Pero lamentablemente el maestro Zhou practica medicinas alternativas, y no demostrar que es un gigantesco charlatán es dejar que muchos crédulos desesperados concurran a su consulta pensando que podrán obtener sanación cuando esto jamás ha sucedido ni sucederá en la historia de la medicina alternativa.

E incluso el efecto placebo tiene su límite.



 

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