En un café de Buenos Aires, en la zona de Las Cañitas, conocido como DAlchemist, nos encontramos con mi amigo que habré de llamar, para preservar su identidad a pedido suyo, como Filastreo.
Desde hacía tiempo veníamos hablando de alquimia, operaciones con materias de toda clase, en especial, vías alquímicas con sustancias animales, como la orina, cuyo espíritu destilado – que no es otra cosa que carbonato de amonio - fue exaltado por Cristóbal Glaser en su tiempo elogiándolo en gran medida con estas palabras:
“El espíritu volátil urinoso es uno de los excelentes remedios que se pudieran inventar porque abre, generalmente, todas las obstrucciones del cuerpo, segregando fuertemente por los sudores y orinas; es muy apropiado para las fiebres, sobre todo las cuartas, para las parálisis, epilepsias, molestias entéricas y para la peste, resistiendo a todas las corrupciones; saca también, los dolores de la gota, siendo aplicado exteriormente…”
También el erudito y trotamundos de Johannes Agricola habla de las enormes virtudes de la orina preparada como corresponde. Y otro es Theodorus Mundanus. Al respecto pueden leer mi libro Ambrosia.
De este menstruo se extrae una tintura del oro como he tenido ocasión de ver y fabricar y eso ya es harina de otro costal. Pero las conversaciones pronto versaron hacía otros rumbos. Y la famosa Turba de los Filósofos fue el detonante. Le dije sobre este pasaje :
Sabed que los envidiosos han hablado de muy diversas maneras: han hablado de aguas, de caldos, de piedras y de metales, para confundir a quienes buscáis esta ciencia secreta. Dejad todas esas cosas y hacer rojo lo blanco"
Hasta entonces sospeché que había que encauzar la búsqueda a una materia interna, llegué a sospechar, por relatos de alquimistas modernos y antiguos, que el esperma era esa materia. Con un poco de calor se pone rojo rubí como hizo en su día el alquimista conocido como Wedjat. Entonces esto explicaba lo que era volver rojo lo blanco (no significa que iba a practicarlo, solo ponía orden al caos alquímico)
Sin embargo, si la frase negaba toda materia al aludir a piedras, caldos, metales, (e incluso en otro pasaje habla de hierbas) si rechazaba toda materia terrenal y sólida, ¿por qué pensar en otra materia que seguía siendo terrenal y sólida como el esperma, la sangre , o la orina internas?.
En otras palabras, el texto nos negaba que fuera necesario trabajar con materias físicas de cualquier reino. Esto explicaría los muchos fracasos del alquimista conocido como Bernardo El Trevisano, que al final de su vida corona la obra tras probar con infinidad de materias que se nos pudieran cruzar por la cabeza.
Mi amigo intervino y me dijo, tomemos un café.
El bar en cuestión fue el punto de encuentro. Y allí me explicó aquello de pasar del blanco al rojo. Muy seriamente me reveló lo que eran más de 10 años de investigaciones y de trabajos prácticos.
La idea era conducir la energía sexual hasta la coronilla, a través de respiraciones convenientes. Expiraciones e inspiraciones. No voy a detenerme a explicar la técnica, cosa que hizo de manera inmejorable en su blog que ahora les comparto: https://laincubacionsolar.blogspot.com
Pues bien, me confesó que llegó al estadio de blancura, donde todo se ve blanco con los ojos cerrados.
- La experiencia me sucedió una noche que me desperté para ir al baño y tenía los ojos cerrados, y sin embargo, teniéndolos cerrados, veía todo blanco. Los volvía a abrir y se veía la habitación a oscuras. Los cerraba y quedaba todo blanco. Me recosté con los ojos cerrados hasta dormirme y me embargó una cierta paz.
- ¿Cómo llegaste a ese proceso?.
- Ese punto es un clavo de Cristo siendo disuelto por el fuego secreto o el disolvente oculto que mueves de abajo hacia arriba. Tenemos tres clavos de cristo como dice Fulcanelli. Cada vez que disolvemos uno pasamos de un color a otro color. Estamos inicialmente en la oscuridad. El fin es alcanzar el rojo que se encuentra en la cabeza. No es nada fácil. Pero una vez alcanzado no hay límites para la persona que lo logra.
Me confesó que pasar de un estadio a otro no es cosa a la ligera, se presentan ciertas perturbaciones orgánicas que pueden jugarnos una mala pasada. Y el temor, ante algo que nos sucede con el organismo, como taquicardias, molestias físicas, no es para débiles. Incluso me habló de tumores si se hace incorrectamente la técnica. Es el precio a pagar por alcanzar una meta espiritual elevada. Para muchos, es la forma de salir de la Matrix en la que vivimos.
¿Usted que opina?