Las medicinas del hombre antiguo y del hombre moderno

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Imaginemos que el hombre antiguo fabricó realmente como afirmó una Medicina Universal, una Panacea que lo cura todo. Algo que, a la vista de las numerosas enfermedades reconocibles por la ciencia actual, es de todo punto insostenible. Entiendo pudo fabricar medicinas diaforéticas, algunas que les brindaran lucidez mental, pero ¿qué curara un moderno SIDA o Cáncer? Lo dejo a criterio del lector. 
 
Ahora bien, la ciencia actualmente cuando descubre algo como una medicina pasa por distintas etapas de pruebas. Sobre todo, si está enfocada para combatir el envejecimiento. En el laboratorio se prueba primeramente con levaduras; luego el C. elegans y después la mosca del vinagre, para acabar con los famosos ratones. Si todo va bien, el siguiente paso es con humanos, pero deben pasar años de pruebas, recuento de datos, experimentos al detalle con las dosis, tipo de organismo, etc. Y una vez que pasa a los humanos se inician otra clase de pruebas. 
 
Las preguntas empiezan a surgir: rango de edad. Dosis. Y se debería de tener paciencia para ver si funciona, si la medicina revierte o detiene el envejecimiento. No es algo que se ve al instante. Por supuesto, habrá personas mayores en donde esta medicina tenga mejor y más rápido efecto que en otras. Habrá que averiguar por qué sucede esto. Y así, los años seguirían pasando. 
 
Pruebas para ver de qué manera está actuando en unas personas y en otras, qué tienen en sus fisiologias diferente. Como vemos, en medicina los progresos son lentos. Porque hay que analizar muchísimo para entender cómo actúa una medicina en el organismo. Pero existe una manera de saltar todo este tiempo de espera. A través de los biomarcadores. 
 
¿Qué es un biomarcador? . 
 
Es un indicador de que una medicina está funcionando en tiempo y forma, porque vemos sus efectos en el organismo al instante. Por ejemplo, se tiene fiebre, se toma una medicina, la fiebre baja. Esta es la evidencia de que el medicamento está funcionando. El biomarcador es la temperatura corporal. 
 
Ahora pensemos en un biomarcador que en lugar de la temperatura detecte la edad biológica de la persona, y en base a eso entendamos por qué a un grupo poblacional aquella hipotética medicina rejuvenecerá más eficiente que a otro grupo. 
 
Todo esto significa,y lo escribo para dejarlo comprensible, que obtener una medicina universal no es sencillo y menos una que rejuvenece. La ciencia, con todo su ADN y demás avances de telomeros, sigue en pañales para comprender el mecanismo real de envejecimiento. 
 
Entonces ¿qué pensar de todos aquellos tratados alquímicos que pululan desde hace siglos donde se vanaglorian de rejuvenecer y de lograr la reversión total de todas las enfermedades que aquejan al ser humano, sin aportar un caso concreto, una dosis sólida de esa medicina, sin evaluar el efecto real que obra en la persona su consumo?. 
 
A día de hoy conozco muchos alquimistas que dicen que tienen esta Panacea. Siguen viejos. Siguen con sus enfermedades a cuesta. No se avergüenzan cuando se los señala diciendo ¿Dónde está el efecto de tal panacea?. Siempre está la explicación de que es un asunto espiritual y con esto zanjan todo. Ejemplos históricos: Fulcanelli, Paracelso, Nicolas Valois, Alexander Sethon, Cyliani, y tantos otros más que se jactaron de tener la Medicina Universal (ellos o sus discípulos) y fallecieron prematuramente de vejez, una enfermedad, después de todo, que no pudo combatir sus medicinas universales.
 
 

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