A raíz de la enorme atracción que ejerce el sexo en la especie humana, no es de extrañar que las estrellas de Hollywood se hayan subido a tal “taburete” al principio de sus carreras. Ha sido, sin duda alguna, el empujón que necesitaban para pagar deudas, alquileres, gastos de la vida cotidiana, mientras Hollywood les ponía el ojo encima.
Un ejemplo de ello podría ser Demi Moore, que hoy se la ve desnuda como vino al mundo en la película La Sustancia, y que, sin embargo, en Marzo de 1981 ya salía desnuda en Penthouse con el nombre poco conocido de Vivianne Pollentier.
El misterio que toda mujer alberga y que protege en todo momento, parece que a Demi Moore no le resultó motivo de vergüenza revelarlo al mundo entero en aquella revista. Sin duda, tras la famosísima aparición suya en Ghost, la sombra del amor, estrenada en 1990, muchos habrán sido los que buscaron la colección de 1981 de Penthouse para ver lo que ocultaba aquella hermosa mujer de mirada tan inocente.
Ahora en La Sustancia encontramos a una Demi Moore más madura, siempre hermosa, impecable en su figura con sus 61 años de edad. Dispuesta siempre a enseñar su silueta sin temor al reproche, como debe ser. En esta vida no hay tiempo para la verguenza.
Acá una escena, (aunque la pueden encontrar en MUBI para verla) donde se la ve como vino al mundo, muy parecida la escena a la de un cortometraje que hice al menos 2 años y pico atrás que dejo al final de esta entrada.