El fraude del Gnomo de Girona

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Todo empezó con un día de campo. A lo lejos la tarde se escabullía minuto a minuto, menguando la influencia del sol insoportable de la jornada. Un matrimonio estaba disfrutando del bello paraje conocido como “el bosque encantado de Girona”, a tan solo unos 11 kilómetros de la capital homónima.

Mario Añaños estaba arrellanado contra un pino mientras su esposa le preparaba algún condumio de los que habían traído junto al otro matrimonio Pujals.

Entonces oyeron un ruido extraño, como un gemido entre los follajes. Inmediatamente un ser pequeño apareció y los observó como si tal cosa, los ojos rojos fijos en los atónitos matrimonios.

De rápidos reflejos, Mario actuó deprisa abalanzándose sobre la criatura, echándole una campera para asirla.

Desconociendo de qué clase de ser se trataba, lo colocaron en una jaula de periquito y, pese a que lo alimentaron con un surtido de alimentos, el extraño animal murió al día siguiente.

Antes se pusieron en contacto con el parapsicólogo Ángel Gordón que tuvo oportunidad de contemplarlo vivo y de detallar su insólita fisonomía: color azul (luego menoscabado por el formol del frasco en un verdosoamarillento), midiendo entre 12 y 15 centímetros, los pies anfibios como adaptados para brincar, detrás del cuello tenía tres pelos gruesos; las orejas eran parecidas a la de los conejos, ojos rojos saltones, boca prominente similar a una especie de hocico y una rara protuberancia en la cabeza muy parecida a un gorro frigio como los de los pitufos. Causaba rechazo su aspecto y los sonidos que profería.



Posteriormente fue guardado en un frasco con formol para su conservación y lo dejaron en una heladera en una trastienda farmacéutica de Barcelona. Allí estuvo hasta que fue llevado a la Universidad de Biología para que el doctor Linares de Mula lo analizara. Pero solo había dos posibilidades:

1- Era una aberración genética, o sea, un especimén Teratológico.

2- Era un sensacional hallazgo para la ciencia.


Posteriormente fue trasladado a los laboratorios del Instituto de Biología de Washington, en EE.UU, donde el informe final fue contundente: era un ser Teratológico.

Sin embargo, no era ningún feto, sino era un ser completamente desarrollado celularmente. Según nos confiesa el profesor D´Arbó – que ha investigado exhaustivamente este caso- hallaron otro espécimen igual en los húmedos y densos bosques del norte de los Pirineos, en el macizo montañoso de Garraf.

Y siguiendo la línea de referencias testimoniales, en la zona madrileña de Boadilla del Monte también se han visto uno de estos seres, con la salvedad de que sobre la cabeza parecía anidar una esfera ígnea aproximadamente a un metro sobre la criatura.

Si nos guiamos de la bibliografía disponible por los cultores del misterio, el escritor Jacques Bergier nos refiere que en un sótano de un monasterio alemán fue capturada una de estas criaturas.

Se trataba de un ser de fachada muy parecida a los gnomos negros investigados en Chaco, provincia de Buenos Aires : negro, agresivo.

Como se resistió bastante a la captura, finalmente lo dejaron en libertad y entonces vieron como este pequeño ser volvía al sótano, levantaba una piedra, y se introducía por un orificio tipo túnel hasta no vérsele más.

Pero el caso del Gnomo de Girona aun guardaba algunos ribetes más que lo hacían, si se quiere, aún más pueril.


LA MENTIRA CAE A PEDAZOS

Una gran escena montada tras el surgimiento de éste ser parecía indicarnos que la historia - ya leyenda - estaba falseada, tergiversada de cómo en realidad fue.

Y ensimismado por encontrar respuestas, salí disparado de la biblioteca de Madrid hasta Boadilla del Monte, y de ahí a encontrarme con quien podría dar coherencia a este asunto: Jesús Callejo, autor de los clásicos Duendes, Gnomos, y Hadas.

Esto es lo que descubrí.

Si nos basamos en los comentarios suministrados por varios reporteros del misterio sinceros, debemos referir que el caso fue un fraude perpetrado por dos investigadores.

Que los matrimonios Añañes y Pujals nunca existieron. Y que la criatura fue encontrada sin vida por Manuel Tello, vecino de la localidad Gerundense:

La historia de este bicho empezó cuando un amigo mío vino a casa contándome que había encontrado el cuerpo de un animal muy raro. Él pensaba que era el feto de un conejo. A mi me extrañó, aunque pensaba lo mismo al principio. Lo llevé a una tienda cercana a mi casa y lo metí en un bote, y decidí hacerle unas fotos. A los pocos días me entere que un tal Gordón y otro trajeado estaban buscando a la criatura.

O sea: aquel ser no llegó a abrir los ojos, menos aún aparecerse caminando, o saltar como muchos refirieron alguna vez.

En efecto, se trataba de un engaño llevado a cabo por investigadores del misterio españoles, como tantos en argentina lo hacen con el tema de los Ovnis, encontrándonos con el grupo Alfa de Chechi o en otros a cargo de Dante Franch (los asiduos a estos temas sabrán quienes son.)

Naturalmente éste caso tuvo especial redundancia en los medios televisivos, radiales y periódicos.

En su serie televisiva “En los limites de la realidad”, Sebastián D´Arbo aumentó notablemente la cantidad de audiencia agregando más misterio a la de por si enigmática criatura de los bosques.

Con los datos adulterados se pedían opiniones a especialistas para que brindaran sus apreciaciones al respecto.

A las pocas semanas me quedé asombrado –narraba Tello –al ver a Ángel Gordón dar conferencias sobre el extraño feto que mi amigo se había encontrado paseando por los bosques de Girona, no en el bosque encantado como se dijo. Llegó a salir en televisión aportando datos que, supongo, se los habrá inventado. Todo lo que dijo no se correspondía con lo que en realidad pasó.”



Los testigos, evidentemente, habían sido actores representando un papel ;como tantos son contratados para los programas chatarras de las dos de la tarde.

Y como narra Contreras Gil en su informe sobre el gnomo de Girona, desnudando pormenores insospechados:

Tras diferentes pesquisas se ha podido constatar que los individuos que explicaban sus experiencias delante de las cámaras no eran más que actores. Profesionales del cine y del teatro que podemos encontrar en diferentes book de agencias artísticas.”

CONCLUSION

Se encontró un bicho raro, es cierto. Una mutación desfavorable de la naturaleza. Muerto. Bien muerto. Luego, aprovechando su fisonomía que recordaba un pitufo, los cultores del misterio hicieron lo que mejor saben hacer: crear más misterios.

De pronto salían testimonios de gente que los había visto (cómo sucedió con mi invención del hombre lobo en Santiago del Estero, que sin haberlo visto yo, pero diciendo que lo había visto, la gente me llamaba informándome el paradero de aquel engendro) más casos en el mundo, etc.

En tanto, las revistas del mercado aprovechaban la ola que había despertado la criatura.

Y todo porque alguien se topó con un espécimen muerto en el piso.


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