Esta entrevista ofrece la mirada que tienen muchos profesionales de la medicina sobre las ECM, las Experiencias cercanas a la Muerte. Proviene de la Doctora Norma Incatasciato, una especialista en las ECM.
Esta entrevista sucedió hace muchisimos años, y hoy Cosmogono la vuelve a traer a la luz. Esto era lo que tenía para decirme la dra sobre las ECM.
– ¿Cómo han sido sus experiencias con personas en estados cercanos a la muerte?
– La primera experiencia que me turbó ocurrió hace alrededor de treinta años, fines del 60 aproximadamente. Ocurrió a una persona que estuvo en coma, que yo tuve cuando estudiaba medicina. Y en aquel momento no tenía ni noticias de nada al respecto, ahora, es cierto, es más vox populi, que la gente pasa por un túnel y ve una luz, pero en aquel tiempo era desconocido. Estaba en una sala de enfermos neurológicos y, como te digo, este paciente estaba en coma, en un coma muy profundo. Los propios médicos, ante el hecho inevitable, solían bromear, para alivianar la tensión, de su inminente final. Y sin embargo, a los pocos días, aquel paciente volvió de aquel coma que era irreversible. Y me dijo a mi, “doctora, yo escuchaba, yo quería decirles lo que oía; los veía desde arriba, y yo escuchaba que decían este no pasa de esta, este no puede sobrevivir, pero yo les quería decir que sí iba a vivir, que estaba acá, que no me iba a morir, que quería seguir viviendo”. Aquel fue un shock muy grande para todos, especialmente para el responsable de aquel paciente. Fue muy duro. Esta fue la primera experiencia que tuve y que me movilizó muchísimo.
– ¿Y qué ocurrió luego?
– Y digamos que sembró la semillita para que luego yo empezará a estudiar e investigar estos importantes temas. Así pasaron los años. Y por los años 80 y pico, un paciente que tenía entonces me comenta algo que nunca le había dicho a nadie. Había tenido una experiencia muy extraña. Tras un accidente que tuvo con otra persona, se vio mientras intentaba reanimar a su compañero. Pero esto, en realidad, no había sucedido. El se veía a si mismo y a la otra persona que quería reanimar, aunque su cuerpo estaba tirado, junto a su compañero. Al fin, su compañero murió. Pero él lo supo todo pese a estar inconsciente y despertar luego en el hospital.
Aquello, una vez más, me puso inquieto. ¿Era posible que un cuerpo desmayado pudiera contemplarse a si mismo? Pero dejemos que sea la doctora Norma quien continúe.
– Yo trabajé durante muchos años en una sala oncológica, donde había enfermos terminales. Y allí había mucha aceptación del tema de la muerte. En realidad el enfermo oncológico, el enfermo canceroso sabe que se va a ir, aunque no lo quiera admitir. Y aquí hubo otro caso que me llamó muchísimo la atención. Era una chiquita de quince años, que el día mismo que iba a cumplir esos quince años sufre un paro cardiaco. Ella estaba muy, muy mal, tenía una leucemia. Y, tras el paro, la gente del hospital intentamos reanimarla y lo logramos. Días después, ella me cuenta que estaba tan contenta, porque había visto una luz muy poderosa y brillante. Además, se había encontrado con su abuelita. Y aunque ella no la había conocido nunca, su madre le había mostrado fotos en un momento y recordó que era la misma. Y estaba tan feliz en aquel lugar que ella se hubiera querido quedar ahí. Y me dijo, “Yo ya no tengo miedo, y cuando me tenga que ir, mi abuelita me va a estar esperando”.
Lo reconozco sin vergüenza. Aquellas palabras sacudieron mi apoltronado escepticismo.
– ¿Y qué tipo de explicación científica podría darle a semejantes experiencias?
– Yo creo que al margen de la formación académica que uno tiene, que debe ser pragmático y funcionar por una sola vía, creo que lo más importante que tiene el ser humano es el espíritu. Y entonces creo en la trascendencia del espíritu. No desde el punto de vista religioso. Creo que uno trasciende esta vida, que hay otras vidas. Incluso he hecho terapia a vidas pasadas, llegando a verme en otros momentos. Es difícil, Sebastián, saber si es el deseo de la gente lo que produce las visiones. No tengo pruebas de la luz, y creo, porque creo lo que me dice la gente.
La entrevista, como el lector imaginará, se prolongo más de la cuenta. Y cada nuevo relato testimonial era como un flechazo hacia mi escepticismo. Al fin, me despedí de Norma abrazándola y prometiéndole – siempre lo hago – mantenernos en comunicación vía e-mail.
¿Y qué pienso de estas impresionantes experiencias?.
Pues primeramente deberíamos verificar con varios casos aquellas experiencia donde el paciente tiene un conocimiento sobrenatural acerca de lo que está ocurriendo mientras está en coma o muerto. Es muy posible que mayoría de estas historias sean experiencia prenatales: es decir, de antes del nacimiento.
Cuando uno viene el mundo también pasa por un túnel (cuello uterino), ve una luz al final (que atraviesa los párpados cerrados), y es recibido por un ser cariñoso, (el médico). Las ECM podrían ser esto mismo: un reseteo del cerebro que induce, como en un ordenador moderno, a volver al principio de la memoria. Y el principio registrado es aquello que más nos ha conmovido al venir al mundo: nuestro nacimiento.
Desde luego, esta explicación – que ha ganando bastantes partidarios desde que la promulgara Carl Sagan – decae cuando se muestran evidencias como los casos relatados por la Dra Norma.
Si recordamos, aquella niña que vio a su abuelita que jamás la conoció. Pero por supuesto, en algún momento antes de la ECM a los padres se les pudo escapar la fotografía y el cerebro simplemente recoger esa información.
Hay que seguir investigando, de entrada, les dejo este video que hice del asunto: