El incidente del paso DIATLOV

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No hubiera imaginado que esta historia, que había visto en película tiempo atrás, pertenecía a un suceso real ocurrido el 2 de febrero de 1959 en los famosos Montes Urales

¿Qué sucedió? 

Diez muchachos fueron a acampar y esquiar y perdieron la vida bajo circunstancias extrañas en la noche. 

Al parecer, acampaban en la ladera de la montaña conocida como Montaña de la Muerte, cuando algo los hizo salir de sus tiendas de campañas, desesperados – al extremo de rasgar la tela con cuchillos – pisando descalzos el suelo de hielo con ropa ligera a una temperatura de 30 °C bajo cero. 

Encontraron los restos de los excursionistas desperdigados por toda la ladera, y de ahí en más se especularon muchas teorías. Se habló de ovnis, de bestias de las montañas, de extraterrestres, de experimentos Soviéticos, y muchas teorías más. 

Pero ¿qué fue lo que sucedió?. 

EL INCIDENTE 


El nombre de Diatlov proviene del líder de la expedición Igor Djatlow. Según algunas fuentes de dudosa procedencia, se encontraron en los cuerpos importantes niveles de radiación. 

En su día no hubo nada de información sobre ello, por lo que se piensa es un añadido a posteriori del suceso aquello de la radiación. 

Lo cierto han sido los cadáveres. En efecto, como vemos en la imagen, la carpa fue rasgada para salir desesperados hacia afuera. Había algo que estaba sucediendo dentro – y no fuera precisamente – que los obligó a tal acción violenta. 

¿Qué pudo desencadenar tal reacción extrema? 

Yo soy partidario de las explicaciones racionales, como sabrán. 

Y por tal motivo, aquel hecho me recordó otro hecho que tuve ocasión de experimentar en el Cerro Uritorco. 

Un grupo de muchachas uruguayas, a las que ayudé a armar su tienda de campaña en lo alto de la montaña, terminaron con un hombre con ínfulas de chamán, discípulo, así decía, de Castaneda, que terminó drogándolas con sus yerbas. 

En medio de la noche, comenzaron los gritos, los bailes, el lanzar la carpa por el acantilado, el hombre totalmente fuera de si por las sustancias que había ingerido, desnudo (cuando hacía temperaturas bajo cero) y bailando frente a la fogata que alimentábamos con un anciano ermitaño con el que me juntaba a conversar. 

Al día siguiente, las uruguayas me miraron apenadas; realmente se habían equivocado con ese individuo. Analizando los hechos del incidente de Diatlov algo semejante pudo haber sucedido. 

EXPLICACIÓN RACIONAL 



Dos mujeres para muchos hombres, pensé ni bien vi las imágenes antiguas de los excursionistas. Recordé el libro de Ferdinand von Schirach, La Culpa, cuya primer historia me inquietó al leerla. Pues retrata el estado alterado de unos hombres en cercanía de mujeres. 

Si a esto le sumamos el alcohol, que seguramente circuló dentro de la tienda de campaña, junto con las drogas que aquellos jóvenes habrán cargado, la explicación asoma por si sola. 

Por eso estaban vestidos con ropa interior, descalzos, y salieron desesperados, frustrados, enojados, dispuestos a dar rienda suelta a su violencia en lo que pudo haber sido un bacanal con final feliz pero que no lo fue. 

Los investigadores fueron unánimes: los cadáveres mostraban signos de lucha, de agresividad, dos de las víctimas tenían los cráneos fracturados y dos costillas rotas. 

Esto habla de una pelea entre los hombres; un detonante psicológico que de pronto regurgitó la violencia ancestral que portamos en nuestros genes e hizo que aquello terminara mal. 

Drogados, alcoholizados, con la lujuria en sus cuerpos, violentándose, rasgaron la carpa, inconscientes del frío por el “pastillaje” encima, y lucharon entre ellos, para ver quién era el que se quedaba con las dos féminas. 

 Esta foto puesta aquí arriba de los excursionistas, nos hablan del jolgorio reinante y la hembra de la manada. 

Es probable que en aquella “partuza” rodaran cuesta abajo, se quebraran las cabezas contra las rocas de la montaña, produciendo una auténtica carnicería en aquellos estados no ordinarios de conciencia que las drogas y sus excesos les habían generado. 

CONCLUSIÓN 



Muchos dirán ¿y la radiación? ¿y aquello de la “fuerza descomunal” capaz de producir esos estados en los cadáveres? 

Había uno sin lengua, dice una fuente. Hay que recordar que en estados no ordinarios de conciencia el ser humano es capaz de todo. 

Y en el caso de que faltará la lengua, la explicación puede venir por dos lados: algún animal de la nieve que devoró la parte blanda como menú. O bien, el que hizo la masacre – que luego moriría de hipotermia congelado con su secreto – se la arrancó a esa persona que habría propiciado toda la matanza como símbolo de quien “habla de más”. 

El resto, la radiación y demás agregados a posteriori del incidente, son añadidos de los conspiranoicos de siempre: no existen documentos oficiales. Y dirán que se teje un halo de misterio en torno a la documentación por parte de organismos en las sombras, y yo diré que es parte del conspiracionismo clásico. 



La explicación, sencilla, está en que salieron desesperados y que eran muchos hombres para tan pocas mujeres. 

Una combinación que, si se le suma drogas y alcohol, no es buena para nada. Curiosamente en ningún artículo sobre este incidente se menciona esta posibilidad. 

Prefieren aludir a una fuerza sobrenatural desconocida de alguna radiación más que misteriosa.


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