Refutando un poco la reencarnación con gemelos identicos

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Jim Springer y Jim Lewis fueron dados en adopción siendo bebés. Criados por distintas parejas, no volvieron a verse hasta adultos. Y cuando lo hicieron no tardaron en advertir muchas similitudes y coincidencias.

Por ejemplo: ambos se casaron con mujeres que se llamaban Linda; se divorciaron de ellas, llamaron igual a sus mascotas; su segundas esposas se llamaban igual (Betty); y hasta les pusieron nombres semejantes a sus hijos.

No sólo acá terminan las coincidencias: tenían el mismo empleo, de comisarios, y les gustaban la carpintería, fumar y beber cerveza de la misma marca. Esto sin mencionar que tenían el mismo timbre de voz y la misma forma de sonreír.

Pues bien, casos semejantes fueron estudiados por Thomas Bouchard Jr. Psicólogo de la Universidad de Minnesota.

Junto a su equipo, y durante décadas, estudiaron las similitudes de 137 pares de Gemelos, en lo que se conoció como “Estudio sobre Gemelos criados por separado de Minnesota”.

La conclusión fue – en resumidas cuentas- que la inteligencia era un factor con gran porcentaje de heredabilidad.


Desde luego, si la inteligencia y muchos otros aspectos de nuestra personalidad se heredaban ¿dónde quedaba todo aquello de que nuestros cerebros eran hojas en blanco esperando ser escritas por la experiencia de la vida?.

Aquel estudio de Bouchard arrojó luces sobre nuestra personalidad y, siendo así, el 75% de la variación de una persona se debe a la genética, no al cuidado de los padres.

Esto, claro está, deja planteada una pregunta que ahora me hago: si un gesto, una forma de comportarnos ha sido heredado de un ancestro nuestro, a través del acervo genético, ¿cómo se "escribió" en un principio en el ADN?.

Probablemente habría que remontarse siglos para entender y dar respuesta a esta pregunta, y quizá, al final, la respuesta sea esta misma: por supervivencia. Porque se sabe desde hace tiempo que todo lo que es util para la supervivencia de la especie el código genético lo registra y atesora.

Ahora bien, el estudio también encontró que incluso hasta la pasión por la religiosidad o espiritualidad podría tener sus raíces en la herencia genética. Esto me hace pensar en los niños de la India y sus creencias en la reencarnación.
 
En efecto, como una especie de mano invisible, la herencia genética ayuda a modelar nuestras personalidades y, con ello, nuestras vidas.

Y siendo así, me pregunto en “voz alta”: ¿y no será posible que en aquel acervo genético se esconda la respuesta a los casos de reencarnación y que esa información se traslade en la procreación, como está bien estudiado el asunto?
 
Me refiero a episodios que para la evolución han sido considerados como importantes para la supervivencia y quedaron registrados en el código genético. Por ejemplo, mi abuela tiene un tic que heredó  de un antepasado que es jugar con la lengua cuando cocina. Hoy lo veo y es para reir, porque juega con la lengua y es graciosa. Un rencarnacionista pensaría que mi abuela es la reencarnación indudable de su antepasado, pero un evolucionista pensará que aquel gesto entrañó en el pasado algo de valor indudable para la supervivencia y por tal motivo se registró.

¿Y qué puede ser eso que permite grabar esa información en los genes? Momentos de gran impacto, momentos en que la vida se debate con la muerte.

¿Será por eso que las personas que hacen regresiones siempre se ven en condiciones extremas, heridas, ahogadas, quemadas, en suma, en constante sufrimiento?

No olvidemos la teoría de Richard Dawkins sobre los genes egoístas.

Ahora bien, además de la Criptomnesia como explicación a los casos de la reencarnación, debemos, por fuerza, considerar que quizá alguna visión espontánea de “otras vidas” provenga del acervo genético.

Igual - aclaro para consuelo de los creyentes en la reencarnación - esto no ha sido demostrado. Es una teoría que esgrimo acá. Tan válida - quizá un poquito más - que pensar que vivimos otras vidas.











LA EPIGENETICA Y LOS GEMELOS

¿Qué es la epigenética? Es el llamado “tercer factor”.

Además de la crianza y la propia naturaleza, la epigenética interviene en la formación de una persona: cómo se constituye su personalidad y su comportamiento.

Es una reacción química que no se asocia a la naturaleza ni a la forma en que nos crían.

¿Y cuál sería el mecanismo por el que actúa? El propio ambiente. Es decir: el propio ambiente afecta directamente los genes.

A través del estudio comparado con gemelos se pudo constatar esto mismo. Es cierto: tenían similitudes notables. Y sin embargo, también eran muy diferentes. ¿Qué hacía la diferencia además de la crianza y la naturaleza? Pues aquel “tercer factor”: la herencia epigenética.

Estudios en animales lo confirmaron: si una rata experimenta estrés durante el embarazo esto puede causar cambios epigenéticos en el feto que conducen a problemas de comportamiento cuando crece el roedor.

En mejores palabras, la genetista Danielle Reed nos ofrece una definición muy valiosa:

La Madre Naturaleza escribe algunas cosas con lápiz y algunas con tinta. Lo escrito con tinta no se puede cambiar. Eso es el ADN. Pero las cosas escritas con lápiz sí. Eso es la epigenética”.



CONCLUSION

Pienso en “voz alta”: ¿Es posible que los recuerdos de vidas pasadas, además de las explicaciones conocidas –implantación de recuerdos por el propio terapeuta, Criptomnesia, etc – sean derivadas de impresiones epigenéticas?. No tanto del ADN, sino que la epigenética sea la responsable.

En verdad no lo sé. Pero sí sé que abordan una explicación muy plausible para los renombrados casos de personas que dicen “haber vivido otras vidas”.

Y mientras tengamos una explicación natural ¿por qué abordar las explicaciones sobrenaturales de las cuales no se han presentado jamás una evidencia sólida incuestionable?.










Fuente Fotos: Martin Schoeller

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