Adios a un amigo virtual: Ariastoteles platonico

0



Cuando una persona muere, uno intenta evocar las influencias que ha ejercido en su vida aquel que ya no está.

Y prácticamente todos dejamos huella en la vida de los otros. Casi siempre, de manera insospechada, enrevesada, indirecta, dejamos algo. Esta es una forma de trascendencia con la que contamos y que  influye muchas veces en nuestras vidas sin que nos demos cuenta.

Decidí escribir este breve post por la reciente muerte de Enrique Arias Valencia, un amigo que he conocido hace años en esta Galaxia que es la blogósfera, en este Universo llamado Internet. Y aunque jamás nos hemos encontrado físicamente, sí lo hemos hecho intelectualmente (o sí se quiere, espiritualmente).

A través de Fernando Toledo en su RazónAtea, me enteré de su trágico suicidio. Y claro, aquello me golpeó. Pues no he parado de pensar en su vida y su trágico desenlace.

Mil preguntas agolparon mi conciencia ¿Por qué acabar con su vida si infundía más alegría que ninguno? ¿Habrá sido alguna clase de nihilismo el responsable de que tomara aquella fatal decisión?.

Las razones de su suicidio sólo él pudo saberlas, apreciarlas, y darle el valor necesario para llevar a cabo lo que hizo.

Sin embargo, gracias al conocimiento de su prima, Rosa, sabemos que probablemente la razón haya sido cierta carencia de amor en su vida, no por parte de sus allegados, sino tal vez por parte del mundo mismo: era una persona que se compadecía de los demás, daba más amor del que recibía en lo respectivo a su pareja, no toleraba las injusticias, y eso, para ese carácter sensible y artístico que tenía, debió ser devastador.

En la extensa carta de su prima, que nos interioriza en la vida de nuestro querido amigo, una frase en especial – de las muchas que ha escrito - llega hondo a mi corazón y, por alguna razón, no puedo desprendérmela y eso se debe a que la comprendo, la entiendo, sé a lo que se refiere.
“Él quería, necesitaba o buscaba, algo más, eso que aún no sé qué es y me atormenta.”

Les dejo la carta de Rosa, nuestro legado, a igual que su fabuloso blog, de nuestro querido Arias:


********************************************************************************

Enrique nació el 19 de Febrero de 1971.

Hijo de Enrique Arias Hermida, mi tío estudió la licenciatura en historia, ahora cuenta con 82 años, obviamente de ahí le viene a Cacho su amor por la historia de México.

Concepción Cristina Valencia Del valle, es la madre de Cacho, ella ahora con 75 años por mi tía es que mi primo conoció y amó la música clásica, su amor a la lectura, también se lo inculcó su madre.

Mi tía no esta titulada pero sus conocimientos superan a muchos por mucho. Enrique siempre le enseñó lo que escribía antes de publicarlo y lo que ustedes le comentaban también se lo imprimía para que lo leyera.

Tuvo un hermano menor Alejandro; él al igual que su familia es culto y amante de la lectura, de la música y las Bellas Artes en general.

Enrique desde hace 16 años trabajaba como corrector de estilo en una editorial.
Estudió en la U.N.A.M. y se tituló en la licenciatura de filosofía, hace como 10 u 11 años.

Tengo entendido que estaba trabajando con una persona para publicar uno o dos libros. De esto no tengo bien los datos porque Yo vivo en Guadalajara, Jalisco; desde hace 15 años, entonces cuando veía a Enrique platicábamos de muchas cosas y de los libros me decía ahí va, ahí va.

Él y yo crecimos juntos, mi madre y su madre eran hermanas, siempre fuimos vecinos, Yo nací en Enero y él en Febrero, del mismo año, al año llegó Alejandro su hermano y al siguiente Toño, mi hermano menor; así que crecimos como hermanos los cuatro.

Por las tardes después del colegio nos reuníamos, nuestras madres a conversar, leer y rezar... nosotros los niños a jugar, dibujar, leer y a hacer travesuras. En una ocasión por poco quemamos su casa, haciendo experimentos con un juego de química, por fortuna no pasó del susto.

Siempre fue muy ingenioso, culto y amante de las artes, en la secundaria nuestros compañeros le decían "El Ciencias", siempre fue excelencia de la clase y aparecía en los cuadros de honor de los colegios; en su trabajo lo conocían como "Filósofo", en su Blog firmaba como Enrique Arias Valencia o Ariastóteles Platónico y para nosotros, su familia era "El Cacho"

Mi tía siempre le cantaba esa canción de niño, ¿La conoce?, es de Consuelo Velazquez…

Cachito, Cachito, Cachito mío
Pedazo de cielo que Dios me dio
Te miro y te miro y al fin
Bendigo la suerte de ser tu amor.

Sé que sus amigos y personas que lo conocieron están tristes porque perdieron a Ariastóteles Platónico, al Ciencias, al filósofo, al amigo.... pero mi familia está muy triste porque perdimos al hijo, al hermano, al primo, al tío, al Cacho.

Yo tengo claro que su decisión de terminar con su existencia no fue por falta de amor familiar, ni de amigos… pero si fue por falta de amor de pareja, tuvo novias, las amo intensamente, pero con ninguna vivió ni tuvo hijos... no fue correspondido como él necesitaba, no le gustaban las injusticias de este mundo, ni lo podrido de la humanidad, le molestaba que siempre los fuertes aplastaran a los débiles y tampoco le gustaba el dinero y todo esto influyó en su tan lamentable decisión.

Cacho vivió y gozó del amor y el calor de una familia, de sus padres que aún no se resignan, de Alejandro, su hermano que ahora lo ha dejado solo, (eran muy unidos).

Amó la música, la pintura, a su familia y a sus amigos, ojalá que así hubiera amado la vida.

Él quería, necesitaba o buscaba, algo más, eso que aún no sé que es y me atormenta.

Me duele su decisión, me duele que ya no esté con nosotros, me dejó, nos dejó muy lastimados, pero me consuela saber que siempre luchó por sus ideales, por lo que quería y que no ha habido persona que se exprese mal de él y que no lamente su muerte.

Quién verdaderamente lo conoció sabrá que hemos perdido a un ser excepcional.
Nos deja un gran dolor, un gran vacío, una pena muy onda, pero también nos deja y es con lo que estoy trabajando, con lo que me estoy quedando y quiero que la familia lo hagan también; muchas vivencias, mucho aprendizaje, mucho amor.

El saber que fue tan querido y respetado por tanta gente, no hace más que reafirmarnos que Cacho siempre estuvo rodeado de personas que le aportaban a su vida no sólo conocimientos, sino que también lo más importante, amor.

El mundo perdió a un ser excepcional, sus amigos y personas que lo conocieron están tristes porque perdieron a Ariastóteles Platónico, al Ciencias, al filósofo, al amigo.... pero mi familia está muy triste porque perdimos al hijo, al hermano, al primo, al tío, al Cacho.

El mundo no estaba preparado para albergar a un ser como el y por eso él busco otro sitio donde encontrar lo que no pudo obtener aquí.


********************************************************************************

He leído varias veces su carta y no logro desprenderme de la tristeza que me corroe. Me entristece que las personas más singulares pasen desapercibidas, me da angustia no poder ser capaz de encontrar ese “algo más” que buscaba Arias y que he estado buscando a lo largo de mi vida sin éxito.

Pensar que días atrás, había dejado un comentario en RazónAtea, donde solía escribir a menudo, y nada se percibía de lo que iba a suceder. Nada. Ni un indicio que nos dijera las sutiles elucubraciones que transitaban por su cabeza.

Este ha sido su último mensaje:






 
 
 
Para finalizar, dejo una frase de su blog, de las muchas reflexiones que tuvo y que compartió con el mundo en silencio:

“No hay ninguna razón para que a una nota cualquiera, digamos Sol bemol, le siga alguna otra nota, por lo que le puede seguir cualquier otra nota, digamos Mi. Y el método lo podemos repetir ad nauseam. Y sin embargo, nadie compone haciendo surgir las notas sin ninguna razón, salvo aquellos que intentaron la música aleatoria. Luego, hay una razón para componer; pero, ¿cuál es?”

Publicar un comentario

0Comentarios

Telegram del autor:@SJarre