Amenazas celestes: ¿podemos detectar un Asteroide a tiempo?

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Esta es la clase de preguntas que el 90% de la humanidad ni se plantea. Más preocupante, entiendo, es el político de turno nuevo, la economía en detrimento, el dólar que se infla, y aquellas mil y un preocupaciones que gobiernan nuestras existencias.

Pero la posibilidad de amenaza es real.

Tan real como que estamos vivos: a raíz del impacto de un asteroide, que acabo en el cretácico terciario con la vida de los dinosaurios, nosotros como especie pudimos existir y salir adelante.



Ahora bien, la pregunta es ¿puede constituir un peligro real un asteoride semejante en nuestros días? O mejor dicho : ¿somos capaces con nuestra moderna tecnología de panear nuestros cielos para detectar a tiempo una amenaza cósmica?.

Veamos, en este articulo me planteo analizar estas cuestiones que, en opinión mía, deben de captar nuestra atención. 

LA AMENAZA DE UN METEORITO 






Imágenes de radar y modelos 3D de (53319) 1999 JM8, el NEO más grande que conocemos, con 7km de diámetro.
Imagen: NASA (Dominio Público)


En realidad, siempre los titulares son alarmantes: “Enorme asteroide pasa cerca de la tierra” “Potencial meteorito cruzó a 200 mil kilómetros de la tierra”.

Nos dan una idea de que las amenazas están allí presentes, siempre, pero el problema no son las que detectamos sino las que hemos sido incapaces de advertir.

Ahora bien, cada tanto tiempo, las agencias especiales informan que un asteroide ha pasado cerca de nuestro planeta. Por fortuna, ninguno ha constituido un peligro real.

A los asteroides que pasan cerca de la tierra le llaman NEO que se traduce en Near Earth Objects: Objetos Cercanos a la Tierra.

Una vez que se descubre un nuevo NEO y se calcula su trayectoria, podemos estimar si su periodo orbital coincidirá con el nuestro. Esto nos permite anticiparnos con décadas de antelación.

El único problema que nuestros ojos en el universo no son omnipresentes.

A día de hoy se conocen 18.000 de estos objetos y se descubren unos 40 nuevos cada semana. De momento se piensa que los más grandes y visibles los tenemos observados, esa clase de asteroides que podrían acabar con nuestra humanidad como sucedió hace 66 millones de años.

Pero para los astrónomos la cifra apenas cubre una tercera parte del total que nos falta descubrir. Una simple fórmula matemática nos permite comprender que allí afuera hay muchos más meteoritos dando vueltas, capaces de destruir ciudades enteras, como sucedió en 1908 en Tunguska.

El Congreso de Estados Unidos impulsó a la NASA en el año 2005 a detectar todos los NEO peligrosos (de más de 140 metros) para el año 2020. Pero en Junio de 2018 el Director Científico de la NASA, Jim Greene, confesó que con la tecnología actual y los medios al nuestro alcance, se tardará unos 20 años en descubrir el 90% de los asteroides realmente peligrosos, de los que un cálculo estima en más de 25 mil rondando ahí afuera.






El área de destrucción que provocó el evento Tunguska en 1908, traspolado a Nueva York. Las bajas en una ciudad como NY serían de 10 millones de personas.
Gráfica: National Science and Technology Council


Y hablábamos del 90%.

Que en un 10% haya alguno de tamaño considerable, oculto a la mirada del ser humano, podría constituir una catástrofe.


COMO SE DETECTAN LOS ASTEROIDES 

Se estima que el meteorito que acabó con los Dinosaurios tenía un tamaño de 10 Km. Pero se sabe que uno de 140 metros podría ser terrible.

De hecho, el asteroide de Chelyabinsk solo tenía 20 metros, detono en la atmósfera, y causó 1491 heridos por la onda expansiva.

Con un asteroide de 1 km nuestra civilización se acabaría de inmediato. Por eso es tan importante localizar los NEOs.

Para ello, se utiliza la red de telescopios terrestres y el satélite WISE (Wide-Field Infrared Survey Explorer), puesto en órbita en 2009.

En la región andina chilena se está construyendo en lo alto el observatorio Large Synoptic Survey Telescope (LSST).

Se piensa que nos dará unos nuevos ojos puestos sobre el cielo. Una vez esté activo su objetivo es buscar durante años objetos potencialmente peligrosos.

Pero ni con todo esto es suficiente.

Por eso, se lanzó un proyecto llamado NEOCam para buscar específicamente amenazas cósmicas. Se trata de un supertelescopio diseñado por Amy Mainzer y su equipo que han pasado los últimos 15 años detectando asteroides y diseñando las mejores formas para localizarlos.

Los fondos para el proyecto NEOCam fueron financiados en 2017 y el director de la Oficina de Defensa Planetaria de la NASA, Lindley Johnson, pidió al congreso que lo pusieran en órbita cuanto antes.

Se podría construir y lanzarlo en 4 años, pero todavía faltan 250 millones de dólares de presupuesto anual para lograrlo.

Ahora bien, considerando se ponga todo esto en marcha y seamos capaces de detectar amenazas cósmicas, el problema igual sigue presente ¿y qué haríamos si encontráramos uno en camino a la tierra? ¿Cómo lo destruiríamos o evitaríamos el desenlace?


AMENAZA VISIBLE EN CAMINO A LA TIERRA 

Representación artística de una explosión sobre Bennu. Imagen: NASA

En la página de la Oficina de Defensa Planetaria nos dicen que un asteroide con una trayectoria de impacto en nuestro planeta no podría ser derribado con horas de antelación a la colisión.

Imaginemos que viaja a 70 mil KM por hora. Si volamos hasta el mismo, y le decimos a Bruce Willis que se suba encima y detone una bomba atómica, no solo nos caerían millones de rocas que dejarían nuestro mundo como un colador, sino que, encima, quedaría radioactivo.

El problema, igualmente, se plantea en si lo descubrimos a tiempo o no: o lo advertimos cuando es demasiado tarde. Porque nos puede sorprender en cualquier momento una amenaza espacial y darnos poco margen para la reacción.

De modo que las posibilidades de evitar la colisión dependerán mucho del tamaño del asteroide, la trayectoria que disponga, y el tiempo hasta el impacto.

Pongamos que se dan las condiciones ideales. Es de tamaño destructivo, pero lo detectamos a tiempo. ¿Qué se puede hacer?. No hay mucho que hacer.

Siendo inviable la bomba atómica, no hay nada que actualmente podamos lanzar para destruirlo sin impacto a nuestro mundo.

De más decir que los asteroides no se rompen fácilmente: a lo sumo lanzar algo dejaría un cráter, pero no se haría pedazos. 

Por eso, la idea no es destruirlo. La mejor idea es desviarlo. Modificar su trayectoria tiene muchísimas chances más de éxito que simplemente pulverizarlo.

Para desviarlo, se podría impactarlo con suficiente contundencia capaz de modificar su trayectoria aunque sea una pequeña desviación.

Russel “Rusty” Schweickart es un antiguo astronauta y presidente de la Fundación B612, una organización científica que se dedica a pensar cómo desviar asteroides que ponen en riesgo nuestro planeta.

Para Schweickart , una de las formas de desviarlo, siempre y cuando no supere los 400 metros, sería golpear con un impactador cinético. 

Esto, obviamente, es pura teoría. Pero lo bueno es que ya hay misiones preparándose, como la Misión de Redirección de Asteroides de la NASA, la nave espacial OSIRIS-REx, que va en camino a estudiar un asteroide potencialmente peligroso, Bennu.

Y también está la misión de la prueba de Redireccion de Doble Asteroide (DART), que despegará en 2021.

DESVIANDO METEORITOS 


La idea es sacudirlo de un golpe y que se desvíe la trayectoria.

Para eso se encarga la DART, la misión Double-Asteroid Redirection Test de la NASA que en 2021 se probará con el asteroide Didymos B.

La idea es que la nave choque contra la roca del tamaño de un campo de futbol y de esta manera los astrónomos podrán medir cómo afecta el impacto a su órbita.

De esta forma, si pudiéramos detectar con una antelación de 10 años al menos un meteorito dirigiéndose a nuestro planeta lo podríamos desviar.

Ahora bien, qué pasaría si el NEO es enorme e imposible de desviar.

Recreación artística del impacto contra el cometa Tempel-1 en 2005 durante la misión Deep Impact. Imagen: NASA


En mayor de 2018 la NASA reflexionó de nuevo sobre la idea de armar una nave repleta de armas nucleares.

El proyecto llamado HAMMER (siglas de Hypervelocity Asteroid Mitigation Mission for Emergency Response) sería una nave monstruosa de casi 9 toneladas cuyo objetivo seguiría siendo el mismo: desviar el asteroide. 

Por otro lado, la Oficina de Diseños de Cohetes Kakeyev en Rusia planea modificar misiles balísticos y dejarlos listos con ojivas nucleares para lanzarlos ante cualquier amenaza.

Ilustración de un camión/plataforma de misil ruso, por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos.


En el caso de que el famoso asteroide Apophis pase demasiado cerca en 2036 se podría aplicar algo de todo esto. Porque la realidad es que Apophis es el asteroide que a día de hoy constituye mayor peligro, y los científicos todavía no pueden calcular bien su trayectoria.

Por eso los rusos, más pragmáticos, pensaron en preparar todo su arsenal y si se acerca, lanzar su munición nuclear contra aquella amenaza espacial.

EL FINAL INEVITABLE
Pelicula sobre el tema.
Pongamos el caso que no se pueda hacer nada desde la Tierra ¿qué nos quedaría?. Lo que plantee en mi novela apocalíptica gótica oscurísima, conocida como Ni en Mil años, evacuar el planeta en naves hacía la luna o, en el mejor de los casos, Marte.

Por eso tanto empeño en la conquista especial. Porque en el fondo sabemos que de tener una auténtica amenaza como la que tuvieron los dinosaurios, ni toda nuestra inteligencia podrá contra aquello.

Creo que huir del planeta, es una de las situaciones que se deberían contemplar ante tales amenazas. Desgraciadamente estamos en pañales para colonizar otros mundos.

Pero es probable que una amenaza genuina haga que los gobiernos del mundo se unifiquen para enfrentarse al mismo mal y , sin restricciones monetarias ni trabas gubernamentales, trabajando par a par, se logre conquistar otros planetas para salvar una porción de la especie humana.

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