"Creo que todos somos héroes, porque todos tenemos que pasar por la muerte".
La lucidez de Bioy Casares, en sus años finales, nunca deja de sorprendernos. Pero hay algo trágico en sus palabras, una arrimada tristeza asomada en su voz; una especie de decepción de marcharse de un largo viaje.
Y es que para este talentoso escritor, un genio del calibre de los inmortales de la literatura, que lo tuvo todo y también perdió mucho, debió ser dificil saberse tan cerca de la muerte. Siempre es díficil, pero más para los intelectuales.
Hoy ya no está, pero sus ideas siguen presentes en sus libros. Entre ellos, he de decir que Dormir al Sol, La invención de Morel, El héroe de las Mujeres, Diario de la Guerra de un Cerdo, La aventura de un fotógrafo en La Plata, el Sueño de los héroes son memorables.
Y si el lector no los leyó, le impelo a que lo haga. Hay algo inocente y romántico que hoy día, en la literatura, se ha perdido. Ahora las escenas desgarran al lector, pero Bioy Casares supo darle auténtica fantasía a sus lectores, y eso creo que es el mejor aporte que nos puede dejar otro ser humano: hacernos soñar con lo más elevado.
Su pérdida se siente, como la de Borges, y no me cuesta imaginar al ver el video como él observó venir la hora de la oscuridad.