Historias autenticas de poseidos por el demonio

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1.758.640.176. Esa es la cifra. ¿De qué? Nada menos que de demonios. Según el demonólogo y exorcista del Vaticano, Gabriel Amorth :  

«En el mundo hay exactamente 1.758.640.176 demonios». 

El padre Gabriel Amorth dice que fue testigo de fenómenos inquietantes. Tales como: regurgitación o materialización de clavos, estigmas bajo forma de palabras en la piel del poseído, levitaciones imposibles, y voces en lenguas extrañas (Xenoglosia) .
 
Al ver la entrevista que le hacen en el programa de Cuarto Milenio de Iker uno se pregunta, observando la gravedad de su rostro y la profundidad con que profiere sus experiencias con el diablo ¿por qué dice esto? ¿Qué busca con hacer creer que hay millones de demonios sueltos por el mundo?. ¿cómo los contó?

Recita sus palabras en la entrevista como si las hubiera aprendido de memoria, como si siguiera un libreto donde la espontaneidad no tiene cabida. Y uno, es natural, sospecha. ¿Qué es más probable? ¿Qué un hombre engañe o que haya demonios que hagan levitar, materializar objetos, y aprender lenguas desconocidas?. 

La querida Navaja Occan nos delinea el camino a una hipótesis donde no es necesario violar groseramente las leyes de la naturaleza para comprender el misterio. 

Pero ¿es factible acusar de mentirosos a todos los que eluden la racionalidad y afirman haber presenciado fenómenos paranormales?. 

Analicemos un poco su libro. 

El Padre Candido Amantini, mentor de Amorth, dice en el prólogo a su libro Habla un Exorcista

“Me place en gran manera la publicación de estas páginas también porque, en estos últimos decenios, a pesar de que se ha escrito mucho en casi todos los campos de la teología y la moral católica, el tema de los exorcismos ha estado poco menos que olvidado.” 

¿Y por qué razón habrá estado olvidado habiendo tantos demonios sueltos como los que alude Amorth?. 

Si en verdad hubieran tantos, ¿realmente sería un tema olvidado?.O mejor: si realmente exitieran… Yo creo que le agrada que se resucite este tema porque la archiremanida amenaza metafísica del infierno es algo que se ha “oxidado”. 

Exorcismo en África
Y claro, necesitan del demonio para que les eche una mano y vuelva a atemorizar a la gente. Para que la gente crea que el infierno puede ser auténtico e incluso sus demonios nos pueden ofrecer un vistazo del mismo (bajo la forma de patologías médicas conocidas).  

Y es que la cultura avanza, y la razón a la par de la tecnología. Ya no nos creemos los cuentos del diablo poseyendo cuerpos humanos. 

Eran atractivos en el medioevo, pero en nuestros días los casos caratulados como posesiones demoníacas tienen una explicación muy sencilla desde el lado de la ciencia de la psiquiatría. Sin embargo, la Iglesia, para no quedar relegada al dominio de la mera superstición debe actualizar su ritual romano de expulsión de demonios. 

Para poder luego jactarse de que Dios “ha dotado a la Iglesia de poderes sacramentales muy eficaces para este menester (la expulsión de diablos)”(cita del libro mencionado). 

Volviendo al video de Iker y la entrevista con el padre Gabriel Amorth ¿en verdad nos está hablando sobre hechos reales protagonizados por aquel exorcista?. ¿No será que el fin – que el poder Dios siga vigente en la mente de la gente – es tan importante como que la gente siga creyendo en el diablo?. 

No por nada, este sacerdote cree que los más vulnerables al ataque del maligno son los jóvenes: las mentes fértiles y más queridas de la Iglesia. 

Y dice: 

 “¿Quiénes resultan más afectados? No dudo en decirlo: los jóvenes”. 


LAS POSESIONES DEL DIABLO Y EL SUFRIMIENTO 

Poseído en éxtasis 
Los seres humanos estamos desde que nacemos a merced del sufrimiento. 

Desde el primer grito destemplado con nuestros pequeños pulmones, hasta que crecemos, sabemos lo que es el dolor y lo que significa sufrir. Al menos, tenemos un significado bastante interesante. De niño lloramos hacía afuera, de ancianos hacia dentro.

Cuando un exorcista dice, como el Padre Candido Amantini: “Las víctimas de un espíritu maligno se ven como perseguidas por una continua mala suerte: sus vidas son una sucesión de desgracias.” ¿Qué puede suceder? 

Que una persona se sienta más predispuesta para volcar su mirada a la Iglesia, donde está el Dios que puede ayudarle a salir de esas desgracias. 

Es como el famoso “Pare de Sufrir” de la Iglesia Universal. Nos llaman con ese anuncio que evoca miserias para que llenemos sus filas y podamos seguir alimentando su poder en la Tierra. 

Pero deben quedarse tranquilos. 

El diablo no existe, ni Satanás, ni Lucifer, ni ninguno de esos 1.758.640.176 diablos enunciados por el padre Amorth. Quisiera saber de dónde ha obtenido la cifra. Pero me temo que dirá: me lo dijo un demonio. 

Por eso, no se alteren si leen en Habla un exorcista frases como esta: “Pero va contra la realidad, continuamente experimentada por nosotros, ilusionarse con la idea de que la ciencia pueda explicarlo todo y querer reducir todo mal sólo a causas naturales.” 

Ellos, los exorcistas, lo reducen todo a causas sobrenaturales. ¿Acaso no son reduccionistas a la inversa?. 

Todo es el diablo, todo es Satanás, todo es aquel ángel caído. Y esto encierra un peligro real y latente: que la sugestión logre aterrarnos sobre algo que no existe al grado de invocar la incordura en nuestra psiquis, ver cosas que no existen, y culpar al diablo de fenómenos psicológicos o físicos conocidos. Si creamos un mundo de magia podemos perdernos en ese mundo. 

CONCLUSION 



No sé si miente aquel sacerdote. No sé si en el fondo se cree sus propios dichos. Quizá. Lo cierto es que lo que busca es que el tema candente del infierno como castigo Bíblico vuelva a cobrar significado con sus afirmaciones y con su libro Habla un Exorcista, donde enuncia un disparate tras otro pero no encuentro ni uno, ni un solo caso relatado en primera persona como cabría esperar. 

Lo que hace es hablar de interpretaciones teológicas, de cómo efectuar un reconocimiento del poseído, las reglas a seguir, referencias históricas, la humildad del exorcista, quién es Satanás, consejos sobre el materialismo y la pérdida de la fe, relatos de segunda mano (de su mentor), definiciones sobre el comportamiento del diablo, sobre las maldiciones, magia negra, y claro, cómo defenderse de los demonios: con un sacerdote calificado. 

Muchas generalidades pero ningún caso concreto con fecha, nombres, lugar, documentos psiquiatricos que descarten psicopatia, fotografias del sujeto, etc. Parece un folleto de venta de productos, entre ellos, la sanación contra demonios. 

Ahora bien, nunca me voy a olvidar una noche, en lo alto de un edificio en Recoleta, la vista del cementerio a lo lejos, una amiga confesándome su encuentro con el demonio: un joven de ojos casi amarillos, inyectados en sangre, mientras intentaba, a puro golpe bestial, dominarla para violarla. 

Aquel sí era el diablo. Pero nosotros lo llamamos delincuente o criminal. Y no necesita de ningún espíritu sobrenatural para mostrar la violencia y la maldad que es propia al género humano. 

DIABLO EN EL CUERPO HUMANO 

El caso de Anneliese Michel 

Ya he hablado, creo yo, extensamente sobre el tema de las posesiones demoníacas. Sin embargo, hay dos o tres aspectos que me interesan escribir sobre el episodio de Anneliese Michel. En un mensaje que me enviaron, que reproduzco, me dicen: 

“Si es mentira lo de Anneliese Michels, como se explica ese aullido tremendo que hace y que grabaron los curas. Yo lo oí y no es humano. Me puso la piel de gallina, no es humano”. 

Mi respuesta es básicamente que todos los posesos aúllan. No lo digo yo: lo dice el padre Amorth en su libro Habla un Exorcista. También refiere que en casi todos los casos, las personas fueron dictaminadas con epilepsia. 

Como podemos ver en un documental de la televisión Polaca, en el caso de Anneliese Michel también se le detectó epilepsia. Los propios sacerdotes involucrados lo confiesan.(Click aquí para ver mi analisis en video de este caso)

Ahora, que no parezca humano el aullido es ya cuestión de definición…y de oídos. ¿Qué es humano? ¿Acaso alguien estuvo en un loquero y percibió los gritos aterrados de la gente enferma mental?. ¡Apuesto que ! ¡No parecen humanos tampoco!

Además, no olvidemos que en un idioma ajeno al nuestro todo nos parecerá extraño y ajeno a nosotros.

Pero si creemos, permitimos que exista el contexto mágico donde las posesiones son posibles y los rituales de exorcismos son la única cura que encontramos a nuestras dolencias.

El peligro de conjurar dichas creencias mágicas es la autosugestión; el convencimiento de cosas que no existen y que , a la larga, podrían distorsionar nuestro sentido de la realidad.

Un día, conversando con un lector del libro de Carlos Castaneda, me contó que había vivido las cosas que narraba Castaneda de tanto pensar en ellas.

Creó un contexto propicio para las alucinaciones. Pero no era la realidad. 
 
Es convertir cualquier sombra en una criatura espeluznante; cualquier ruido en una manifestación demoníaca. El tema convoca oscuros terrores medievales en todos nosotros.

Sin ir más lejos ayer, casualmente, un compañero del trabajo afirmó que vio a una colega que no había venido a la oficina. Estaba convencido de haberla visto; juraba y re juraba. Sin embargo, no la vio porque nunca estuvo en la oficina. ¿Como es que vio algo que no estaba?

Esto demuestra lo susceptible que somos de ver lo que creemos en lugar de la realidad. Y de ahí a seguir alimentando un mito estamos a un paso. 

EXORCISMOS REALES EN EL MUNDO 

Recuerdo siendo niño cuando vi por primera vez en mi vida El Exorcista.

Aquella noche, acostado en mi cama, pensé que estaba rodeado de auténticos demonios que rondaban en la oscuridad.

Un ruido, fuera del cuarto, fue suficiente excusa para llamar a gritos a una señora que solía cuidarme.

Pero, lejos de tranquilizarme, la señora me dijo que rezara. Y que lo hiciera con toda la fe. Aprovechó mi desgracia para evangelizarme. Qué desastre darme cuenta ahora. Y menos mal que no estaba enterada de que la historia de la película estaba basada en un caso real: el exorcismo de Robbie Mannheim.

Pero vamos a aclarar el episodio.

EL CASO DE ROBBIE MANNHEIM 


Robbie Mannheim


Década del 40. Robbie Mannheim era un niño de 14 años igual a los demás. Su tía Harriet, ( como la señora que me cuidaba) era afecta al esoterismo y no pasaba un día en que no le inculcara sus creencias ocultistas. Al poco, le enseñó a jugar al Ouija, a invocar con aquel tablero espíritus. Y el niño, con la mente fresca y receptiva a dichas creencias, lo absorbió todo.

Un día la tía falleció y Robbie se sintió derrumbado. Por esas fechas comenzaron los episodios paranormales. Las voces en otras lenguas, los arañazos en las paredes a la medianoche, las violentas convulsiones.

Según dicen los reporteros del misterio se debió a que intentó comunicarse con la tabla Ouija con el espíritu de su tía y lo que vino fue algo mucho peor : el mismísimo diablo. Sin embargo, lo que sucedió realmente no fue otra cosa que el estallido de su silenciosa creencia en espíritus conviviendo con el ser humano, inculcado por su tía.

El niño, desesperado ante la pérdida de un ser querido, manifestó su dolor a través de lo que se consideró un acto de posesión.

En realidad, sufrió un brote psicótico, del todo natural, en casos en que un niño ha dependido tanto de una persona (las entrevistas del investigador Marcos Opsasnick con sus amigos nos señalan que deseaba llamar la atención nada más). Pero necesitó un sacerdote para resolverlo pues su enfermedad era mental: eran sus propias creencias.

EL CASO DE ANNELIESE MICHEL COMPLETO 

Ya lo mencioné, lo sé. Pero veámoslo más en detalle. Década 60/70. El caso de Anneliese Michel también comienza a temprana edad. Tenía 15 años cuando sus disturbios mentales ocasionaron que sus padres la llevaran a un médico para ser examinada.

Allí le diagnosticaron epilepsia. Y contrariamente a lo que cualquier persona razonable hubiera hecho, al continuar los episodios descontrolados y violentos de su hija, decidieron recurrir a un sacerdote, convencidos de que su hija estaba poseída por el diablo.

Y es que ella, Anneliese Michel, decía ver rostros monstruosos en la noche, mientras rezaba algo la tocaba y se sentía invadida por algo extraño. Las fotos que vemos son el resultado de la inanición de la joven.

No se alimentaba porque, según su creencia, los demonios no la dejaban.

El problema no fue sólo de la niña, sino de sus padres: no la internaron, no hicieron lo que debían hacer, y las consecuencias no se hicieron esperar. “Cuando nosotros íbamos a ver a Anneliese veíamos sombras en los pasillos, cerca de la habitación de nuestra hija”. 




El proceso de sugestión estaba alzado. Y los eventos no tardarían en demostrarlo. Al traer un sacerdote, era obvio el desenlace de esta historia. Anneliese Michel murió. 


CONCLUSION SOBRE LOS EXORCISMOS



Para muchos es real. Especialmente para los propios poseídos. Para ellos la realidad que viven es auténtica de igual modo que lo sería para un esquizofrénico que sufre alucinaciones.

Los responsables, en todo caso, son los que propagan la creencia. Tales como el sacerdote Carlos Alberto Mancuso y la propia religión cristiana.

Los demonios son una invención que data de los tiempos más primitivos y oscuros de la humanidad. El hombre primitivo, indefenso ante lo desconocido a su alrededor, aterrorizado ante los misterios que le rodeaban, no hizo otra cosa que crear rudimentarias explicaciones a lo que desconocía.

Hasta hace un tiempo atrás, antes de la llegada del microscopio, se pensaba que las enfermedades eran causadas por demonios.

Cuando se vieron por primera vez las bacterias y virus entendimos qué clase de rostro tienen estos demonios. Esperemos que en el futuro el resabio de esta creencia no siga confundiendo a las personas.

La verdad está bajo un microscopio, y no en un libro de supersticiones para adultos conocido como la Biblia. Tengo dos casos que investigué en persona sobre posesiones, pero los guardo para otra ocasión.


Les dejo un video que hice sobre otros dos casos, muy populares:



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