
Lo que hacen los autores es dejar un misterio cifrado en cada capítulo, de modo de que el lector desee resolverlo en las siguientes lecturas. Pero ¿qué pasa luego?: hay más misterios que se van añadiendo y entrelazando y que lo van conduciendo al lector al apremio de terminar de una vez la lectura para saber la verdad.
El argumento se basa en una frase de Stephen King “El infierno es repetición” que , si la hubieran colocado al inicio ya nos hubiera revelado bastante de qué va todo aquello. Como leí a King, imaginé, ya por el medio de la novela, de qué iba. Aún así, uno insiste en la lectura para ver si realmente es como piensa que es la historia.
El final fue predecible y, en mi opinión personal, no tan bueno como uno hubiera esperado. La idea de mezclar religión, ángeles, demonios y el inframundo, me pareció trillada. De hecho, existen muchas películas que poseen tramas muy semejantes.
No obstante esto, la estructura del libro atrapa al lector hasta la última página. Y por ello, realmente me parece muy bien lograda su escritura.