El final del misterio del Cerro Uritorco

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Fotografía tomada por Sebastián Jarré. Febrero de 2020


Viajar a Capilla del Monte siempre suele ser una sorpresa. Esta vez, no tenía idea de que descubriría uno de los más insondables misterios que cubren el pueblito de Capilla del Monte, en virtud de un libro recomendado por mi queridísimo amigo Alejandro Agostinelli. Por WhatsApp me dijo que lo leyera y enseguida fui al pueblo a buscarlo (cuando todavía era posible encontrarlo)

El libro en cuestión se llama La ciudad de la llama Azul, de Sebastiano De Filippi. Un libro desbordante de información bibliográfica acerca del principal mentor de los misterios de Capilla, con  testimonios y ese largo etcétera que hace que salga de lo común, que se destaque, de lo que nos tienen acostumbrados a publicar sobre el tema.

Me refiero a libros que comercializan en Capilla del Monte mal escritos, con contenido inverificable y redacciones de personas que rozan el analfabetismo. Pero entonces cae en mis manos esta joya y fue encontrar erudicción e información a partes iguales: páginas y páginas de contenido excepcional. 

No lo conocía al autor, pero cuando lo leí, lo felicitaba para mis adentros por el encomiable trabajo de investigación. Más tarde nos hariamos amigos y abordaría un video del tema donde lo entrevisto.

Este hombre llevó a cabo una labor de más de 25 años que, si lo hubiera pensado que lo hacía para un libro, jamás lo hubiera hecho. 

Pero con el tiempo, la paciente búsqueda de juntar las piezas del rompecabezas del Cerro Uritorco, dio sus frutos. Y me recordó al leerlo mi trabajo con la alquimia, donde pasé 20 años desmenuzando esta pseudociencia – no solo bibliográficamente sino en mi laboratorio – para dar lugar a mi libro Al-quimera. 

Para los que no vieron el video que armé del tema, este artículo toma muchos puntos de interés.

EL ORIGEN DEL MISTERIO DEL CERRO URITORCO 

Angel Cristo Acoglanis


No me gusta resumir los libros, porque creo que queda de mal gusto. Es mejor leerlo que enterarse de la sinopsis. Pero entiendo que muchos intentaran saber de qué va la cosa, e incluso tal vez se les complique adquirirlo si están en otro país.

De manera que sólo haré mención de dos o tres puntos importantes, y el resto, mejor leerse el libro entero por favor.

El cerro Uritorco, el macizo que está enclavado a la vera de Capilla del Monte, jamás habría salido del anonimato si no fuera que un personaje, llamado Ángel Cristo Acoglanis, se paseó años atrás por sus calles de tierra. 

Hasta entonces, la montaña y el pueblo eran anónimos. El turismo era escaso. Pero los años, y la manía ovni lo trastocaría todo. 

Ángel Cristo Acoglanis, según leemos en el libro mencionado, era un mitómano: sin descaro usaba la mentira y la falsa adulación para manipular a las personas a su capricho. Fruto de esa mentalidad fue que dejó a su primera esposa con dos niños pequeños y nunca más la volvió a ver. 

Se rehízo como persona. Fabricó, literalmente, otra vida. 

Para lograrlo, tuvo su basamento: libros esotéricos de la época, entre ellos, vale destacar el de Bulwer Lytton, la Raza Venidera y los de Helena Blavatsky relacionados con la teosofía. 

Reconozco que cuando leí años atrás la Raza Venidera sospeché que las teorías de la tierra hueca y todas esas sandeces provenían de este escritor excepcional. Y así como Zanoni, del mismo escritor, dio pie a la escritura de Fulcanelli y la leyenda que cultivó detrás, también era probable que hubiera hecho otro tanto con el mito de las ciudades intraterrenas. 

Y para la mentalidad de Acoglanis, que no había hecho siquiera la secundaria, aquello era una verdad incuestionable. Y poco a poco, fue forjando su propio credo e ideología. 

Ángel Cristo Acoglanis huyó de Rosario, dejó a una mujer con dos niños pequeños, y rondó por varios lugares hasta asentarse en Córdoba. 

Como era libertino, se acostaba con cuantas mujeres tuviera en la mira. Su personalidad magnética ayudaba. Y su trabajo como osteópata y experto en la praxis vertebral le proveía de clientas que salían satisfechas y curadas de todo mal. 

Al poco conoció a Beatriz, la que hoy día vive en Capilla del Monte y suele llevarte a ver las luces nocturnas del Uritorco

Beatriz Mühn tenía cumplidos 18 años y Acoglanis le duplicaba la edad, pero eso no fue impedimento para que se casaran y tuvieran varios hijos. 

A la par, Acoglanis tenía una amante Maria Isabel Mur, conocida como Marisa Mur, cuya relación mantendría a través de los años y que, sin saberlo, le conduciría a su propia muerte asesinado por el esposo de ésta. 

El cambio en Acoglanis tuvo lugar tras el episodio de avistamiento Ovni en Uruguay en La Aurora, donde hoy día peregrinan personas afectas a las curaciones milagrosas y donde, se dijo, aterrizó un artefacto volador. 

Estamos en marzo de 1983, y Acoglanis dice que un extraterrestre, de La Aurora, conocido como Saruma, lo invade.: presta su cuerpo para esta presencia foránea. 

De ahí en más habrá dos facetas en este hombre: la del sanador mediante la praxis vertebral, labor en la que le iba muy bien y era muy experto, y la del contactado. 

Tal vez haya sido el primero de los contactados, que daría fila a varios que vinieron después : Dante Franch, Francisco Chechi, Hugo Jaime, Ricardo Gonzalez (y esté último que, viniendo de otro país, se quiere insertar, como bien dijo De Filippi, en la historia contactista capillense). 

Durante un tiempo Acoglanis deambuló por las sierras cordobesas buscando el paraje ideal para lo próximo que vendría y estaba maquinando. 

Acoglanis saludando
Escoltado por sus dos discípulas y amantes, Acoglanis rondó por el Uritorco y al final, tras muchas noches buscando lo que necesitaba, encontró el emplazamiento ideal para la ciudad de Erks: Los Terrones

Ahí trabó amistad con el dueño del paraje, que le dio las llaves de la tranquera, y pudo disfrutar llevando cientos de personas a sus retiros de contacto con extaterrestres y, de paso, enseñarles la ciudad oculta de Erks. 

Erks sería como una Shambhala sudamericana. Las lecturas de las filosofías de oriente y de Lobsang Rampa le habían inspirado a Acoglanis

Y aunque había personas que, al enseñarles la ciudad intraterrena, le decían que aquello parecía ser el pueblito de Cruz del Eje iluminado en la noche, el gurú se jactaba de que no, que eso era Erks. Algo así sucedió con la abogada Nancy Vilá, que no se comió el cuento de Erks

Lo mismo, muchos que asistían al ritual de Acoglanis, - donde hablaba en la lengua alienígena, que era una suerte de sánscrito; idea que plagió de sus lecturas esotéricas – y que, terminado el show, decidían ir de nuevo solos a ver con sus ojos la ciudad oculta de Erks. Y para su sorpresa, sin mantras ni gurú, se hacía visible.

Foto de Los Terrones: Sebastián Jarré

Pero para entonces, el furor por lo extraterrestre había llegado a Capilla del Monte, e incluso actrices famosas habían cambiado su vida al ver aquello: las luces flotando, la ciudad de Erks visible en Los Terrones. 

Y cuando el escritor brasileño Trigueirinho visitó la región - y se transmutó, como dijo - llegando a fotografiar la ciudad de Erks, y popularizando el mito en un libro que se vendió en miles de copias, el auge por los ovnis en la región llegó a su cenit. 


La fotografía más famosa de Erks

Acoglanis se presentó como el Portero de Erks, y literalmente lo fue: tenía la llave de acceso a Los Terrones para visitarlo de noche cuando quisiera, únicamente en la hora en que sabía se daba cita el fenómeno. 

Hoy día es imposible visitar Los Terrones de noche, según pude averiguar. Las visitas nocturnas son una rara avis, y únicamente lo permiten los nuevos dueños, hijos del propietario original Aldo Verón. Por supuesto,  no está permitido llevar instrumentos electrónicos, como cámaras o celulares, y tampoco visitar la explanada donde se veía Erks con Acoglanis

Que no dejen subir con artilugios electrónicos deja que pensar. Y también, que no permitan ir hasta las explanadas donde se vería Erks. Porque a estas alturas, está claro que Erks se asoma en las noches, independientemente del contactado: es un fenómeno natural, de una ciudad cercana, cuyo nombre puede ser San Marcos Sierra o Cruz del eje. 

Pero ya veremos qué es según la profunda investigación de De Filippi.

EXPLICACIONES A LAS LUCES 

Los Terrones: Foto de Sebastián Jarré

En un breve video que hice tiempo atrás, di a conocer una de las explicaciones para mi más plausibles del fenómeno observado en la región referido a las luces voladoras, que confunden con artefactos de otros mundos: centellas (puedes ver el video haciendo click aquí). 

Pero a esta teoría, se suman los defectos visuales, la falta de acostumbramiento de la noche en una montaña, sin puntos de referencia, y donde en inmediaciones circulan coches a altas horas, cuyos faros pueden proyectar luces y confundirnos. 

Y claro, también existe el siempre posible engaño descarado contratando ayudantes con lámparas, como estila el contactado de Chechi , e incluso hoy día utilizando Drones. 

Y sin embargo, había una muy buena teoría que no conocía y que leyendo el libro de De Filippi encontré: la de las luces de Marfa que se ven en Texas. 

Ahí se observa un espectáculo encantador cuando cae la noche en cierta región: se ve volar luces de un lado a otro por donde está el monte Chinati. 

A tal punto es la frecuencia de estas luces, que el fenómeno se investigó como corresponde, y el ingeniero Robert Wagers llegó a una conclusión en un libro que explica el misterio: las misteriosas luces se tratarían de fenómenos naturales, producto de una refracción de la luz de los coches por una autopista vecina, que se proyectan a más de 32 kilometros de distancia. 

Y esto se debe a particularidades de la zona como humedad, temperatura, y la densidad del aire, que dan lugar a esas luces que flotan, crecen en tamaño, aumenta la luminosidad y de pronto desaparecen. 

Es decir, las condiciones atmosféricas y del propio lugar condicionan un espejismo natural. 

Algo así vimos hace años en Santiago del Estero, región donde permanecí solo, tras abandonarme mis compañeros muertos de miedo. 

Encontré que las luces venían de una máquina agropecuaria que andaba por los campos a altas horas. La explicación a los avistamientos de los lugareños tenía una explicación simple. Y es que, ahora que lo pienso, el ingreso de la civilización para el hombre de campo ejerce el mismo efecto que el campo para el hombre civilizado: abordar lo que se desconoce. 

Acoglanis aprovechó esto, o se lo creyó él mismo, como procedente del espacio, influido por sus lecturas y la autosugestión. Y escaló el misterio de algo que se suele dar en las montañas y en los entornos carentes de electricidad.

Pero restaba ahora explicar Erks, y en ello se puso a descifrar el autor del libro citado. 




 (Las luces que suelen ver los sponsor de los ovnis, que no son otra cosa que luces de automoviles o de casas)

LA CIUDAD DE ERKS: MISTERIO RESUELTO 

Foto : Sebastián Jarré


Primeramente debo aplaudir a De Filippi, una vez más, por su obra. Está demasiado claro, y no deja lugar a réplicas, más si conoces como yo la región desde hace años (1996 pisé por primera vez la zona, llevado de la mano por la revista Conozca Más y la huella del Pajarillo, que a los 10 años leí y quise ir enseguida a conocer, pero la edad me impidió). 

Erróneamente le llamé Cerro que Truena, inspirado por lecturas de JJ Benitez, cuando en realidad la traducción correcta es Cerro de los Loros, a la palabra Uritorco

Y no fue Benitez el que lo dio a conocer, como sugerí en un artículo, sino el que me lo dio a conocer a mi por las lecturas de sus libros. 

La región fue impulsada, que no haya dudas, por Ángel Cristo Acoglanis, un humilde jornalero que supo fabricarse una nueva vida y llenarse de dinero trabajando como terapeuta alternativo en el campo ilegal de la medicina sin título. 

Su mayor popularidad la alcanzó revelando Erks, y ahí dio origen a toda una serie de misterios que se contarán por los años venideros.

Foto : Sebastián Jarré

¿Pero qué era Erks?. 

Si lees el libro La ciudad de la llama Azul, haces unos cálculos, trazas líneas en el mapa y sacas los grados y longitud, el misterio se resuelve por si mismo: se trata del dique hidroeléctrico que, por las noches, se enciende y que está ubicado en Cruz del Eje

Acoglanis, como buen showman, iba conduciendo a sus seguidores por la explanada de Los Terrones, deteniéndose en tres tramos, cantando mantras y haciendo todo el espectáculo que fuera necesario para que, al llegar a la parada correspondiente, y tras invocar la letanía cósmica apropiada, se apareciera ante el nutrido grupo de incautos la ciudad flotante de Erks: las luces de la central que se encendían. 

Y ahí, en ese preciso momento, todos lo adoraban, ganaba la fe de la multitud, y sus ingresos económicos se veían aumentados. 

Su gran poder consistió en saberse la hora en que el dique se iluminaba. Para más información y detalles técnicos y bibliograficos lean por favor el libro mencionado. 


CONCLUSION AL MISTERIO

Foto: Sebastián Jarré

Por muchísimos años el asunto Uritorco lo tuve como un grano en la piel. Cuando consultaba la literatura al respecto era tan pobre que salía espantado. 

Hacía falta un libro crítico, y De Filippi lo ha logrado con maestría.  

Acoglanis tuvo el desenlace que para muchos merecía y para otros fue una injusticia. Su mejor amigo, a sabiendas que lo engañaba con su mujer y que podía denunciarlo por tráfico de armas, decidió “cortar por lo sano”: siete tiros en el cuerpo. 

Luego fue a la comisaria y confesó que “mató a un brujo”. 

Estaba a días u horas de desaparecer de nuevo del escenario Acoglanis. Se iba a marchar con Marisa Mur, la amante de años que siempre tuvo, y había escrito una carta a su mujer Beatriz, despidiéndose. 

Era un viaje impostergable, como solía decir creando misterio. 

Es curioso que Acoglanis haya nacido un 25 de diciembre: la misma fecha de Carlos Castaneda. Que comparta con Castaneda los mismos criterios de mistificación, mitomanía, y aires de misterio. Y que ambos hayan dado a luz leyendas inventadas que muchísimas personas han tomado como una auténtica realidad. 

Ambos fueron buenos conocedores de la psicología humana y encontraron el punto débil de la misma para llenar sus arcas de dinero y de paso, forjar un mito sobre si mismos. 

A estas alturas, Castaneda tiene miles de seguidores que creen sus fantasías con Don Juan, y Acoglanis tendrá sus cientos de fanáticos que seguirán pensando que este hombre, con aire bonachón y mirada lujuriosa, fue el auténtico guardián y portero de Erks, la ciudad de la llama Azul. 




Aquí  les dejo el video documental que hice al respecto.

SIN CENSURA

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