El Camino del Mercurio Vulgar y la obra Secreta de Kamala Jnana

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Roger Caro, alias Kama Jnana

 
Recuerdo hace 19 años visitar el laboratorio de Alberto, el primer alquimista que conocí que se tomaba las cosas en serio y tenía un laboratorio altamente equipado, instrumentos, extractores, y bolsas repletas de cinabrio para su experimento. Veneraba a Kamala Jnana, y no quiso hablarme de alquimia porque , riendose decía, yo no sabía nada, y no valía la pena hablar con alguien que no sabe nada. Por lo demás,  me aseguraba que sin el aporte enegetico del alquimista no hay obra, lo decía muy orgulloso de la revelación que había tenido en sueños. 
 
A Alberto no lo vi nunca más.  Pero sí las noticias del cinabrio y cómo ha sido la materia que hasta los últimos años de vida de Rubellus Petrinus, el mayor alquimista portugues que vivió, se empeñó en trabajar con dicho mineral.
 
Como sabemos, el trabajo con el cinabrio fue parte importante de las culturas orientales, al punto que consideraban que la Medicina debía ser fabricada con el mismo. En China los principales ingredientes para alargar la vida eran el mercurio y sus compuestos, específicamente el cinabrio, el oro, y ciertos extractos vegetales como la planta llamada Soma (Efedra, cuyo alcaloide es la efedrina). 
 
En India encontramos esta receta para la inmortalidad con el uso del mercurio: 

"Para devolver la juventud a un anciano, la farmacopea ayurvédica utiliza remedios basados en mercurio, oro, pequeñas perlas carbonizadas y pulverizadas, y plantas medicinales. El paciente se encierra en una habitación oscura; bajo la influencia de los medicamentos se le aflojan los dientes e, incluso, se le llegan a caer, igual que el cabello. Su cuerpo se armoniza. Tras el tratamiento, el pelo crece, la piel se regenera, y los dientes también se renuevan; en otras palabras: su cuerpo rejuvenecido ha recobrado la fuerza vital". 
 
Dejando de lado la superstición, que abunda en tales relatos y textos, escritos para un emperador empecinado en prolongar sus días, uno de los más famosos alquimistas que trabajó con mercurio fue nada menos que Isaac Newton, en un camino que expliqué en esta entrada de este blog ilustrado con fotografías. 

Pero no sólo este reputado científico, sino también Robert Boyle, aprendiz de George Starkey y amigo de Homberg, que como vimos en mi Al-quimera, estaban totalmente obsesionados con encontrar en el mercurio vulgar la forma de animarlo y formar la Lapis Philosophorum. Pasaron más de 50 años enteramente dedicados a ello, sin lograr más que magros resultados, tal vez un poco de oro o lo que parecía oro transmutado logrado tras laboriosos procesos que realmente no redituaban para tanto trabajo, y sin embargo servía de aliciente para continuar enfrascados en la crisopeya. 

Pero un mes después de la muerte de Boyle, Newton le envía una carta a J Locke, amigo de Boyle, en la que decía: 

“Entiendo que el Sr. Boyle nos hizo partícipes tanto a mi mismo como a usted de su proceso respecto a la tierra roja y el mercurio, y que, antes de morir, procuró tierra roja a alguno de sus amigos”. 
 
Esta tierra roja no es otra cosa que la evolución del mercurio, trabajado según el corpus alquimico: sea en el camino de su animación con régulos, o sea a través de otros senderos, como el ultrasonido, el azufre y el hidróxido, que nos acerca a Kamala Jnana, pero que en su fase final se vuelve un polvo rojo y pesado, color azafrán, como nos muestra el alquimista Thot
 


Y tan parecido - por no decir igual - al óxido de mercurio:




La pregunta que se estará haciendo a esta altura el lector es si es válido trabajar con el mercurio y se puede llegar a algo. Un muchacho me escribió recientemente y me pareció prudente escribir algo sobre este peligroso metal que hizo perder más vidas que traerlas a la vida.
 

 
EL CAMINO DEL MERCURIO 


De buena fuente conozco que existen muchos círculos de practicantes con este peligroso metal. Y también que casi todos los alquimistas que mueren al año en sus prácticas lo hacen a través del contacto estrecho con el mercurio vulgar (también con el antimonio, a decir verdad)

No les bastó que en el corpus alquímico los más serios y reputados artistas digan que el oro vulgar y el mercurio vulgar no sirven para la Gran Obra. Y que sentencien que cuando hablan de azufre y mercurio no hablan de los del vulgo.  Ellos tienen su propia interpretación del asunto y persisten en trabajar con el mercurio metalico, seducidos a más no poder.

Desde que en la década del 60 se publicó TOUT LE GRAND OEUVRE PHOTOGRAPHIÉ bajo el seudónimo de Kamala Jnana, un libro repleto de ilustraciones de todas las fases de la Gran Obra, muchísimas personas se dedicaron a este trabajo, se formaron escuelas, sectas, y todo lo que es de esperar de una operatoria de laboratorio que mezclaba demasiado la contraparte espiritual, al punto que varios alquimistas me decían, años atrás, que el trabajo era fácil con el cinabrio o mercurio, pero se necesitabas estar preparado espiritualmente, porque el Quinto Fuego se lo da el propio alquimista a la sustancia. 

El artífice de la leyenda de que del mercurio sale la Piedra: Kamala Jnana, Roger Caro


Fase Roja de la Vía de Kamala Jnana



Entonces todos los fracasos en la operatoria, que había a montón, se lo achacaban a que el alquimista sencillamente no estaba listo para lograr la Gran Obra. Su parte espiritual no estaba lo suficientemente depurada. 

Esto es como decir que si no nos sale una receta para un budín se debe a que no estábamos listos espiritualmente, que no le dimos el quinto fuego que nace del pastelero. Y pongo el ejemplo del budín porque una amiga estuvo semanas hasta dar con el calor apropiado para poder hacerlo correctamente. Probaba una y otra vez, y siempre le salía o muy quemado o muy crudo. Pasaron días, semanas, como digo, para que encontrara el punto medio, valiéndose al final de un termómetro especial. Cuando descubrió la medida justa me convidó con budines perfectos y bien esponjosos, sabrosísimos. 
 
Puede resultar burdo el ejemplo, pero se ajusta como una analogía a lo que digo: si algo no sale no es por un factor espiritual sino un detalle técnico. En el caso de la quimera de la alquimia pues se suma a que nunca se logrará nada de ello porque buscan algo que no existe.  Como conté en diversas ocasiones, era un saber de orfrebres antiguos que buscaban dorar metales y que de golpe, desde Paracelso, en la alquimia europea, se empezó a hablar de Humúculos y Medicinas Universales...Hasta entonces era un proceso para teñir y nada más.

Pero más tarde se mezclaría con Theurgia la alquimia, por más que el alquimista Grillot de Givry haya establecido en su  El Museo de los Brujo, Magos y Alquimistas una clara separacion de las pseudociencias.


 
La alquimia no tiene magia, ni brujería, es entender el funcionamiento de la naturaleza y descubrir sus secretos. La contraparte espiritual es un mito. Por supuesto, era gente muy religiosa, pero no todos. Las ideas románticas de que son seres excepcionales y con una talla moral elevadísima se la debemos a Eugene Canseliet, quien aseguraba que el Espíritu Universal descendía sobre la materia del León Verde y lo coloreaba de verde. Algo que varios alquimistas que hicieron el trabajo jamás mencionaron, ni sintieron. Yo mismo lo hice y puedo decir que es mentira.

Dudo de la talla moral de los alquimistas. Después de muchos años en el ambiente - y ya harto y asqueado de la gente que por ahí transita, capaces de lo que sea por una rebanada de conocimiento - puedo decir que precisamente el ambiente de alquimia es lo opuesto a lo que dicen:  hay envidias, difamaciones, ataques e insultos por doquier. Siempre está el alquimista que se cree por encima del resto y enseña una foto con un frasco con un liquido rojo y dice que es la Piedra liquida y cuando preguntan cómo la hizo se llama al misterio. O los que destilan orina y se creen están elaborando una santa medicina curalotodo. Hay infantilismo, personalidades antisociales, tipos rencorosos que van por la vida sembrando maldades, todo ello lo encuentras en el mundo de la alquimia.

No sé donde estará la talla moral elevada sinceramente.

 
EL PELIGRO Y LA MUERTE REAL 


Son innumerables los casos de fallecimiento por ingesta accidental o no, de este peligroso metal y sus derivados preparados. Muchos piensan que si este metal puede evolucionar a una piedra azafrán pesada, es que se trata de nuestra Piedra buscada. Y sin más, beben sus extractos. 

El alquimista Luxial Deneb, alias Thot, en su obra Testamento de la Gran Obra, nos dice que la Piedra formada por mercurio sirve para curar plantas, y da un ejemplo de una planta regada con la misma y otra sin la misma: como la planta regada vive más que la otra y florece mejor. Pero se abstiene de hablar de consumo humano. 




Luego dice que esa Piedra se puede multiplicar hasta lograr un poder de 1: 100.000 . Lo cierto es que muchos alquimistas fallecieron por trabajar con el cinabrio o el mercurio. Los vapores que despide el metal son peligrosos y suceden incluso a temperatura ambiente. 

Uno de los co-fundadores del foro más popular de alquimia de Internet murió por mercurio. Lo mismo el alquimista Max Duval, que difundió ampliamente al Camino del Cinabrio.  Recuerdo que hace años atrás - más de 15 - los que asistieron a sus cursos se quejaban de que solo les enseñaba a quemar kilos de roble y sacar la sal para preparar el Fuego Secreto, este es, el Hidróxido de Potasio, mejor conocido con la sigla de KOH. 

Al final, murió en sus trabajos con mercurio.

Y en la historia, tenemos el caso de Thomas Vaughan, conocido como Eugenio Filaleteo, (no confundir con Ireneus) que apelaba por las vías más naturales, pero al final de su vida decantó en el atractivo y peligroso mercurio. Y como resume Santiago Jubany

“Eugenio, el amigo de la verdad, se reunió con ella el año de Nuestro Señor de 1666 a la edad de 44 años, víctima según se dice, de una inhalación accidental de vapores de mercurio” 

Pero nada de esto impedirá que los alquimistas sigan porfiando con el metal líquido en sus trabajos, como un hombre que conozco de Mar del Plata que asegura vio transmutar con el mercurio y se reune con varios alquimistas todos los años a trabajar intensamente con el peligroso metal, obviamente tomando la precaución de usar hornos extractores de vapores.
 




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