Anillos atlantes, descendientes de atlantes. La Atlántida como símbolo de una avanzadísima civilización que pereció en el fondo del océano.
¿Cuál es su origen? ¿Dónde empezó todo el mito?.
Si investigamos en el pasado, el mito dice que la Atlántida fue puesta en el fondo del mar por Zeus. Y el mito proviene de nada menos que Platón (siglos V y IV a.C) en sus diálogos conocidos como Timeo y Critias.
En estos dos textos cifró todas las referencias que de ahí en más múltiples escritores e investigadores del misterio utilizaron hasta el hartazgo para difundir la existencia de la Atlántida, sin considerar que todo pudo tener una simple explicación.
Pero ¿qué decía Platón?. Que hace miles de años atrás (11.000) cercano al Estrecho de Gibraltar había una isla donde vivía una avanzadísima civilización cuyo rey se llamaba Atlas y de ahí el nombre de la isla: Atlántida. Era un paraíso en la tierra y dueños de importantes medios tecnológicos, pero cuando se cruzaron con los atenienses (curiosamente Platón era ateniense) estos los derrotaron y como castigo Zeus hundió la isla en el fondo del mar.
El que más difundió la cosa ha sido Erik Von Däniken. Pero más allá de la imposibilidad de que tal isla pudiera existir, geográficamente hablando, todo nos lleva a la conclusión de que el mito que escribió Platón fue una derivación de hechos reales y fantasía.
Hoy día los historiadores serios dan por hecho que fue una ficción del filósofo griego donde se cruza el evento real que sucedió en 373 a.C donde una ciudad del Peloponeso se hundió de repente y que se llamaba Helike, consecuencia de un terremoto, donde por supuesto no faltó quien señalara al Dios enojado de Poseidón como responsable. Y se junta con los conflictos que hubo entre atenienses y los persas, (que narro en mi novela El Hemerodromo) y las famosas Guerras Médicas, donde los valientes atenienses se enfrentaron al bárbaro.
En suma, como dice el arqueólogo Kenneth L Feder, la historia de la Atlántida es como la historia de La Guerra de las Galaxias: ocurrió hace mucho, mucho tiempo, en un sitio muy, muy lejano, donde un imperio diabólico se enfrenta a guerreros de la luz, los atenienses, compatriotas del inventor del mito, Platón.