Ovnis en peligro de extincion

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Desde los años que he estudiado el fenómeno ovni, entrevistándome con testigos y recabando información en los lugares de supuestos avistamientos, nunca he hallado una prueba incontrovertible.

Muy a mi pesar, "esa" evidencia nunca cayó en mis manos. Y vaya que he buscado. A menudo -y parafraseando a Carl Sagan - percibí una combinación de psicopatología y de fraude consciente combinados con una pésima interpretación de los fenómenos naturales.

Para más "inri", se sembraron fraudes (como Adamski, Meier, Sixto Paz, JJ.Benitez, Von Daniken, etc) sin piedad en pos de dinero.

Pero vayamos a la historia que hoy quiero contarles.

Sucedió en el año 1950, en nuevo México. Un policía va conduciendo por una carretera rural que conoce al dedillo y se topa, imprevistamente, con un objeto en forma de plato que refleja la luz del sol y que se está posando en el suelo.

Asombrado, se detiene en la cuneta del camino y lo examina a la distancia. No hay dudas: es un ovni. Justo a no muchos metros hay una caseta de teléfonos de emergencia de rutas, llama desesperadamente a unos cientificos que conoce y que trabajan en el Laboratorio Nacional de Los Álamos.

"Me acaba de pasar algo increible. Es una oportunidad que surge sólo una vez en la vida. Acabo de ver aterrizar un platillo volador. Lo estoy viendo en estos momentos. No estoy alcoholizado. Estoy totalmente despierto y cuerdo. Si vienes inmediatamente con el equipo de observación tendremos el descubrimiento del siglo."

Lo que cuenta es tan convincente que los científicos consiguen un helicóptero y vuelan de inmediato hasta el lugar.

Aterrizan en la carretera. Se acercan al policía y todos contemplan alucinados el ovni posado en la hierba.

El objeto es de forma métalica, grande, brillante en el sol.

Así pues, cargados con el equipo, corren hacia el lugar y al acercarse ven a un granjero trabajando en el campo como si tal cosa. Está totalmente ajeno a aquel plato volador que acaba de aterrizar delante de sus narices.

De inmediato piensan: "¿Es posible que el Plato Volador sea invisible al granjero y sólo nosotros podamos verlo?". A lo mejor lo han hipnotizado. Quizá es uno de "ellos". Se acercan sigilosamente. Al cabo, el granjero los ve, aunque no al plato volador, y los increpa:"¿Por qué entran en mi propiedad?".

Los científicos contestan:"Por el plato volador". "¿Plato Volador?""¿Qué Plato?". Se da vuelta, mira al Plato Volador y por lo visto no lo ve.

Después de algunos minutos de confusa discusión resulta que lo que estaba viendo en realidad era un silo para almacenar grano que el propio granjero había construido con forma de plato y que hacía muchos años que utilizaba.

Todo lo que había visto el policía era correcto. Salvo por un detalle: tuvo la impresión de haberlo visto aterrizar, cuando no era así. (1)








(1) Esta historia ha sucedido realmente, aunque parezca descabellada. Veáse "La diversidad de la ciencia" de Carl Sagan.
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